/ miércoles 27 de julio de 2022

Una democracia sin mentiras

La democracia se asienta sobre dos pilares poderosísimos: la verdad y la confianza. La anterior reflexión es una de las conclusiones que extraigo de la lectura de algunos ensayos que publicó la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, bajo el título By the people: Essays on Democracy. Pongo sobre la mesa este tema porque considero que debemos caminar hacia una democracia sin mentiras. ¡Que se termine el engaño al pueblo!

El pasado miércoles 20 de julio, en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados se estableció realizar diversos foros de parlamento abierto para analizar la reforma en materia político electoral. La foros comenzaron el día de ayer y se extenderán hasta el próximo 25 de agosto. En ellos se abordarán los ejes temáticos que contempla la reforma como son: el sistema de partidos políticos, las instituciones electorales, el financiamiento público, el sistema electoral y el sistema de representación, las reglas de fiscalización, así como la libertad y el debate público, entre otros temas.

En este marco, el Partido Verde tiene cinco principios guía: 1) dejar de engañar al pueblo, acabar con las mentiras a las y los ciudadanos; 2) elecciones más baratas con financiamiento público igualitario para los partidos políticos; 3) establecer un sistema de representación proporcional puro; 4) reglas de fiscalización claras y aplicación estricta de la norma; 5) fomentar la libertad y propiciar el debate público de calidad. A través de estos principios y otras medidas y mecanismos se fortalecerán los poderosos pilares de la verdad y la confianza en clave democrática.

Una democracia sin mentiras implica que los candidatos a puestos de elección popular, a la hora de hacer campaña, no propongan políticas o programas o inciativas que dificilmente se cumplirán o que no están vinculadas con la plataforma programática de los partidos políticos. Por ejemplo, un candidato a diputado federal propone cualquier cantidad de cosas por más imposibles de cumplir que sean estas y ¿qué pasa? Al llegar al cargo no puede cumplir estos compromisos ya que representan temas de índole local y muchos otros, o la gran mayoría, tienen que ver con recursos económicos que están más allá de la capacidad y responsabilidad legislativa, por lo que esta situación se convierte en un engaño a la población. Situación que se repite cada tres años, distrito por distrito.

Al Partido Verde se le ha castigado por informar a sus electores que las propuestas de campaña que les hizo, las cumplió y se convirtieron en una ley y/o en un programa de gobierno. Fue el caso de los vales de medicina; prohibir las cuotas escolares obligatorias; cadena perpetua a secuestradores; o el permiso a los padres de familia para que asistan a reuniones escolares de forma mensual sin que les descuenten el día en el trabajo, por mencionar algunas.

Hablar con la verdad a los electores y rendir cuentas debería ser la normalidad y no un delito.

La democracia se asienta sobre dos pilares poderosísimos: la verdad y la confianza. La anterior reflexión es una de las conclusiones que extraigo de la lectura de algunos ensayos que publicó la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, bajo el título By the people: Essays on Democracy. Pongo sobre la mesa este tema porque considero que debemos caminar hacia una democracia sin mentiras. ¡Que se termine el engaño al pueblo!

El pasado miércoles 20 de julio, en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados se estableció realizar diversos foros de parlamento abierto para analizar la reforma en materia político electoral. La foros comenzaron el día de ayer y se extenderán hasta el próximo 25 de agosto. En ellos se abordarán los ejes temáticos que contempla la reforma como son: el sistema de partidos políticos, las instituciones electorales, el financiamiento público, el sistema electoral y el sistema de representación, las reglas de fiscalización, así como la libertad y el debate público, entre otros temas.

En este marco, el Partido Verde tiene cinco principios guía: 1) dejar de engañar al pueblo, acabar con las mentiras a las y los ciudadanos; 2) elecciones más baratas con financiamiento público igualitario para los partidos políticos; 3) establecer un sistema de representación proporcional puro; 4) reglas de fiscalización claras y aplicación estricta de la norma; 5) fomentar la libertad y propiciar el debate público de calidad. A través de estos principios y otras medidas y mecanismos se fortalecerán los poderosos pilares de la verdad y la confianza en clave democrática.

Una democracia sin mentiras implica que los candidatos a puestos de elección popular, a la hora de hacer campaña, no propongan políticas o programas o inciativas que dificilmente se cumplirán o que no están vinculadas con la plataforma programática de los partidos políticos. Por ejemplo, un candidato a diputado federal propone cualquier cantidad de cosas por más imposibles de cumplir que sean estas y ¿qué pasa? Al llegar al cargo no puede cumplir estos compromisos ya que representan temas de índole local y muchos otros, o la gran mayoría, tienen que ver con recursos económicos que están más allá de la capacidad y responsabilidad legislativa, por lo que esta situación se convierte en un engaño a la población. Situación que se repite cada tres años, distrito por distrito.

Al Partido Verde se le ha castigado por informar a sus electores que las propuestas de campaña que les hizo, las cumplió y se convirtieron en una ley y/o en un programa de gobierno. Fue el caso de los vales de medicina; prohibir las cuotas escolares obligatorias; cadena perpetua a secuestradores; o el permiso a los padres de familia para que asistan a reuniones escolares de forma mensual sin que les descuenten el día en el trabajo, por mencionar algunas.

Hablar con la verdad a los electores y rendir cuentas debería ser la normalidad y no un delito.