Desde el primer segundo, el 2021 ha inspirado esperanza e ilusión, no sólo en México sino también en el mundo entero. Frente a los múltiples retos y lamentables pérdidas derivadas de la pandemia y los que seguramente habremos de enfrentar aún, la campaña de vacunación que ya ha iniciado representa un haz de esperanza. A la par, se avizoran interesantes cambios en la vida pública de nuestro país.
El mundo entero ha tomado un respiro con la llegada de la vacuna contra la COVID-19. En el caso de nuestro país, gracias a la atinada estrategia del gobierno federal se han obtenido miles de dosis de la vacuna al día de hoy, de tal suerte que México resalta en la región latinoamericana y en el mundo como uno de los países que responsablemente ha iniciado las jornadas de vacunación.
Precisamente para cumplir con esta ardua labor, se ha diseñado el Plan Nacional de Vacunación contra el virus SARS-CoV-2 para la prevención de la COVID-19 en México, con el fin de garantizar la disponibilidad y aplicación de vacunas seguras, gratuitas y eficaces para todas y todos los mexicanos.
Asimismo, siendo coherentes con los tiempos que vivimos y especialmente con el comportamiento que ha demostrado el virus, el desarrollo del Plan se ha establecido en cinco etapas, dando prioridad al personal de salud de primera línea y a la población mayor de 60 años, reconociendo la condición de vulnerabilidad que afrontan. Estamos confiados y ciertos de que nuestro país saldrá en materia de salud pública y continuará marcando una pauta importante para el mundo.
A la par, el 2021 será histórico en materia electoral pues se avecina un proceso de cambio democrático en todo el país, uno sin precedentes; el ánimo de transformar la vida pública continúa fortaleciéndose y son cada vez más las personas que se unen a la visión que le apuesta a un país más incluyente y con bienestar social.
Será el proceso más grande en la historia de nuestro país y, por ello, con alturas de miras, se requiere prudencia y unidad para continuar avanzando y encontrar, a pesar de las actuales adversidades y las múltiples diferencias, nuevas herramientas, planes y estrategias que se traduzcan en mejores condiciones de vida para nuestra sociedad.
Zacatecas será un pilar fundamental en este proceso, se avizoran grandes cambios y enormes retos y, se percibe ánimo y esperanza de las y los zacatecanos. Será el pueblo el que, con decisión y firmeza, continúe determinando el mejor rumbo para nuestra entidad, aquel que lleve a puerto seguro los anhelos de todas y todos. Este es el tiempo de materializarlos. Con una fuerza que va en constante crecimiento, se escucha cada vez más cerca el cantar del gallo. Vayamos juntos a construir la nueva normalidad.
