/ martes 21 de abril de 2020

¡Aguas con AMLO!

Un periodista que me parece escribe con fundamentos convincentes acerca de las vicisitudes de la política mexicana, además de que con criticismo verosímil, es Pablo Hiriart, cuyos escritos se pueden leer en El Financiero. Él recientemente publicó un artículo denominado Cuidado-con-el-presidente. (Consúltese https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/cuidado-con-el-presidente)

Lo que Hiriart establece básicamente en su escrito es que es inútil tratar de entender las decisiones y razonamientos del presidente AMLO con los instrumentos del análisis político, pues su conducta como jefe de Estado sólo es comprensible desde otra disciplina, la psiquiatría.

Tal vez a algunos no les agrade las críticas de Hiriart al presidente AMLO, pero considero que sí están fundadas convincentemente las puyas de este periodista. En ese escenario, por si todavía había dudas, AMLO planteó ayer en su conferencia en Palacio Nacional que la pandemia y la crisis de salud que abaten a México “(…) nos vino como anillo al dedo para afianzar el propósito de la cuarta transformación”. Y sí, muchas personas nos quedamos boquiabiertos con esa declaración, inclusive, como en mi caso, pensando que no había entendido la aseveración del presidente.

Ciertamente, no había oído a un jefe de Estado, en el mundo, decir –y con visible convicción, pensar– que una desgracia de esa magnitud, como es la pandemia que actualmente está azotando a vastas regiones del mundo, México incluido, la cual está trayendo consigo muertos, enfermos, desempleados y quiebre de empresas, encaja bien en un proyecto político-gubernamental: “Como anillo al dedo para afianzar sus propósitos” (los de AMLO), destacó el Presidente de la República.

Tal parece que el coronavirus ya la agarró contra el presidente AMLO y afectó su percepción de la realidad… ¿O ya estaba así cuando lo elegimos presidente? Yo también, seguramente que al igual que muchos mexicanos, escarbé mis oídos y me tallé los ojos al escuchar y leer tales barbaridades del presidente AMLO (y ya anteriormente las escuché en su alocución matinal) y lo platiqué con mi esposa e hijos porque pensaba que había escuchado mal, y hubo algún consenso: AMLO no anda bien de su cabeza.

¿Lo habrá ya atacado (o más bien rematado) el coronavirus? ¿O qué está pasando? Porque cada vez hay más propuestas del referido mandatario sin asidero con la realidad; cada vez hay, asimismo, más periodistas criticados por sus preguntas. Creo en ese sentido que, en las mentes de los más de los pobladores de nuestro país, también han llegado a la referida conclusión.

Brozo y Carlos Loret de Mola, además la traen, me parece que, con fundamento, en su crítica contra AMLO. El asunto es que no he encontrado amistad mía (especialmente de quienes trabajamos en la educación) que no compartamos esa opinión.

Un periodista que me parece escribe con fundamentos convincentes acerca de las vicisitudes de la política mexicana, además de que con criticismo verosímil, es Pablo Hiriart, cuyos escritos se pueden leer en El Financiero. Él recientemente publicó un artículo denominado Cuidado-con-el-presidente. (Consúltese https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/cuidado-con-el-presidente)

Lo que Hiriart establece básicamente en su escrito es que es inútil tratar de entender las decisiones y razonamientos del presidente AMLO con los instrumentos del análisis político, pues su conducta como jefe de Estado sólo es comprensible desde otra disciplina, la psiquiatría.

Tal vez a algunos no les agrade las críticas de Hiriart al presidente AMLO, pero considero que sí están fundadas convincentemente las puyas de este periodista. En ese escenario, por si todavía había dudas, AMLO planteó ayer en su conferencia en Palacio Nacional que la pandemia y la crisis de salud que abaten a México “(…) nos vino como anillo al dedo para afianzar el propósito de la cuarta transformación”. Y sí, muchas personas nos quedamos boquiabiertos con esa declaración, inclusive, como en mi caso, pensando que no había entendido la aseveración del presidente.

Ciertamente, no había oído a un jefe de Estado, en el mundo, decir –y con visible convicción, pensar– que una desgracia de esa magnitud, como es la pandemia que actualmente está azotando a vastas regiones del mundo, México incluido, la cual está trayendo consigo muertos, enfermos, desempleados y quiebre de empresas, encaja bien en un proyecto político-gubernamental: “Como anillo al dedo para afianzar sus propósitos” (los de AMLO), destacó el Presidente de la República.

Tal parece que el coronavirus ya la agarró contra el presidente AMLO y afectó su percepción de la realidad… ¿O ya estaba así cuando lo elegimos presidente? Yo también, seguramente que al igual que muchos mexicanos, escarbé mis oídos y me tallé los ojos al escuchar y leer tales barbaridades del presidente AMLO (y ya anteriormente las escuché en su alocución matinal) y lo platiqué con mi esposa e hijos porque pensaba que había escuchado mal, y hubo algún consenso: AMLO no anda bien de su cabeza.

¿Lo habrá ya atacado (o más bien rematado) el coronavirus? ¿O qué está pasando? Porque cada vez hay más propuestas del referido mandatario sin asidero con la realidad; cada vez hay, asimismo, más periodistas criticados por sus preguntas. Creo en ese sentido que, en las mentes de los más de los pobladores de nuestro país, también han llegado a la referida conclusión.

Brozo y Carlos Loret de Mola, además la traen, me parece que, con fundamento, en su crítica contra AMLO. El asunto es que no he encontrado amistad mía (especialmente de quienes trabajamos en la educación) que no compartamos esa opinión.