/ miércoles 2 de mayo de 2018

¡Arrancan campañas!

Las campañas han iniciado formalmente en tanto que la polémica pública no ha variado de manera significativa en sus contenidos. Tal vez lo destacable es que los principales candidatos a la Presidencia de la República están en contra de Andrés Manuel López obrador. El necesario diálogo, o polémica pública, a propósito de las elecciones se ha vuelto un tanto machacónen contra de AMLO. Aunado a eso, no hay frases recordables; las promesas se pierden en el farrago de la politiquería: de buscar convencer al público con la mera enunciación del calificativo muchas veces grosero, a través del agravio incluso personal si no es que actuando abiertamente contra toda civilidad.

Y lo más reciente en esa materia, en la coyuntura político-electoral actual, es que, a través sobre todo de composiciones fotográficas, se trata de identificar a AMLO como un “populista”, sin meditar siquiera lo que se quiere decir con eso. Sí, como comenta muy oportunamente un destacado articulista de El Universal, Raymundo Riva Palacio, están circulando camiones de transporte público –presumiblemente sólo en la Ciudad de México –con fotografías de AMLO en acomodada camaradería con Hugo Chávez, Juan Domingo Perón, y Luis Inazio Lula da Silva. Y sí, adivino usted, gentil lector(a) la intención clara de quienes promueven esa campaña es desprestigiar a AMLO haciéndolo pasar como “populista”. (Consúltese 29/4/2018 http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/el-populismo-de-lopez-obrador

Ahora bien, ciertamente “El populismo apela al pueblo para construir su poder, entendiendo al pueblo como las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Suele basar su estructura en la denuncia constante de los males que encarnan las clases privilegiadas. Los líderes populistas, por lo tanto, se presentan como redentores de los humildes”. (Definición tomada de https://definicion.de/populismo/)

Aunque el populismo per se no es una marrullería que se utiliza para dar atole con el dedo a la población. Si hemos de señalar el máximo populista de la actualidad, hay que detenerse a examinar la política pública de Donald Trump, quien anda viendo en todo momento como cautivar la atención del público estadounidense para lograr la aprobación de éste en las politiquerías (este término sí es siempre peyorativo) que él emprende.

Es decir, en política, especialmente en política gubernamental, hay que tener en toda circunstancia claro que lo que se debe obtener es la aprobación de los segmentos mayoritarios del público en todo lo que se emprenda en el ámbito público. Y, generalmente, hay demagogia;el tratar de manipular el parecer, la opinión del público, respecto de lo que se requiera-, pero no engañar a la población en lo que se emprende.

Muchos de los que critican el populismo en México soslayan que destacados presidentes de México, como es el caso de Lázaro Cárdenas, están clasificados como “populistas”, no de manera peyorativa ni criticable, sino de personas que estuvieron al pendiente del bienestar de los mexicanos. Consúltese, por ejemplo a https://www.estudiaraprender.com/2012/04/24/el-populismo-en-mexico-argentina-y-brasil/

E igualmente algunos clasifican –creo que malamente –como populistas a destacados presidentes como Getulio Vargas de Brasil, Juan Domingo Perón de Argentina, y, como se ha dicho, al mismo Lázaro Cárdenas de México. Estos tres presidentes, cabe agregar, todavía gozan, no obstante sus presuntos yerros, de la admiración de muchas y muchos ciudadanos(as) que vemos cómo uno se equivoca al juzgar a un presidente por sus presumibles excesos en pro de quienes menos tienen. Cuando, considero, debería ser al revés: los presidentes deben ver en primer lugar por los que menos tienen, aunque les llamen “populistas”.

Y a ese respecto se debería poner de relieve la destacada acogida que dieron los estudiantes del ITAM (una institución, sin duda, sólida académicamente, que integra a lo más granado de los hijos de padres ricos), mismos que invitaron motu proprio a AMLO a debatir, tal como se ha hecho en buena parte de las universidades públicas del país, y quienes dispensaron caluroso recibimiento a quien presuntamente es crítico de los ricos.

Igual, en nuestra propia institución, en la UAZ, deberíamos invitar a los candidatos, del partido o denominación que fuere, para que sepamos acerca de su, la más de las veces, difusa oferta electoral en pro del beneficio de la población.

Las campañas han iniciado formalmente en tanto que la polémica pública no ha variado de manera significativa en sus contenidos. Tal vez lo destacable es que los principales candidatos a la Presidencia de la República están en contra de Andrés Manuel López obrador. El necesario diálogo, o polémica pública, a propósito de las elecciones se ha vuelto un tanto machacónen contra de AMLO. Aunado a eso, no hay frases recordables; las promesas se pierden en el farrago de la politiquería: de buscar convencer al público con la mera enunciación del calificativo muchas veces grosero, a través del agravio incluso personal si no es que actuando abiertamente contra toda civilidad.

Y lo más reciente en esa materia, en la coyuntura político-electoral actual, es que, a través sobre todo de composiciones fotográficas, se trata de identificar a AMLO como un “populista”, sin meditar siquiera lo que se quiere decir con eso. Sí, como comenta muy oportunamente un destacado articulista de El Universal, Raymundo Riva Palacio, están circulando camiones de transporte público –presumiblemente sólo en la Ciudad de México –con fotografías de AMLO en acomodada camaradería con Hugo Chávez, Juan Domingo Perón, y Luis Inazio Lula da Silva. Y sí, adivino usted, gentil lector(a) la intención clara de quienes promueven esa campaña es desprestigiar a AMLO haciéndolo pasar como “populista”. (Consúltese 29/4/2018 http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/el-populismo-de-lopez-obrador

Ahora bien, ciertamente “El populismo apela al pueblo para construir su poder, entendiendo al pueblo como las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Suele basar su estructura en la denuncia constante de los males que encarnan las clases privilegiadas. Los líderes populistas, por lo tanto, se presentan como redentores de los humildes”. (Definición tomada de https://definicion.de/populismo/)

Aunque el populismo per se no es una marrullería que se utiliza para dar atole con el dedo a la población. Si hemos de señalar el máximo populista de la actualidad, hay que detenerse a examinar la política pública de Donald Trump, quien anda viendo en todo momento como cautivar la atención del público estadounidense para lograr la aprobación de éste en las politiquerías (este término sí es siempre peyorativo) que él emprende.

Es decir, en política, especialmente en política gubernamental, hay que tener en toda circunstancia claro que lo que se debe obtener es la aprobación de los segmentos mayoritarios del público en todo lo que se emprenda en el ámbito público. Y, generalmente, hay demagogia;el tratar de manipular el parecer, la opinión del público, respecto de lo que se requiera-, pero no engañar a la población en lo que se emprende.

Muchos de los que critican el populismo en México soslayan que destacados presidentes de México, como es el caso de Lázaro Cárdenas, están clasificados como “populistas”, no de manera peyorativa ni criticable, sino de personas que estuvieron al pendiente del bienestar de los mexicanos. Consúltese, por ejemplo a https://www.estudiaraprender.com/2012/04/24/el-populismo-en-mexico-argentina-y-brasil/

E igualmente algunos clasifican –creo que malamente –como populistas a destacados presidentes como Getulio Vargas de Brasil, Juan Domingo Perón de Argentina, y, como se ha dicho, al mismo Lázaro Cárdenas de México. Estos tres presidentes, cabe agregar, todavía gozan, no obstante sus presuntos yerros, de la admiración de muchas y muchos ciudadanos(as) que vemos cómo uno se equivoca al juzgar a un presidente por sus presumibles excesos en pro de quienes menos tienen. Cuando, considero, debería ser al revés: los presidentes deben ver en primer lugar por los que menos tienen, aunque les llamen “populistas”.

Y a ese respecto se debería poner de relieve la destacada acogida que dieron los estudiantes del ITAM (una institución, sin duda, sólida académicamente, que integra a lo más granado de los hijos de padres ricos), mismos que invitaron motu proprio a AMLO a debatir, tal como se ha hecho en buena parte de las universidades públicas del país, y quienes dispensaron caluroso recibimiento a quien presuntamente es crítico de los ricos.

Igual, en nuestra propia institución, en la UAZ, deberíamos invitar a los candidatos, del partido o denominación que fuere, para que sepamos acerca de su, la más de las veces, difusa oferta electoral en pro del beneficio de la población.