/ miércoles 26 de octubre de 2022

¡Delfines libres ya!

A la par que diversos países y sociedades occidentales han evolucionado, en ese medida han ensanchado las libertades y han reconocido nuevos derechos a sus poblaciones. Así, se han reconocido en las constituciones políticas los derechos de primera, segunda y tercera generación, esta última generación contempla el derecho humano a gozar de un medio ambiente sano. Hoy, incluso, ya se debate sobre los derechos de cuarta generación, los cuales están relacionados con las tecnologías de la información y comunicación. En este proceso evolutivo, se habla también del derecho de los seres sintientes, del derecho al bienestar animal y su protección.

Los animales -sean estos de compañía, domésticos o silvestres- son seres vivos que sienten al estar dotados de sensibilidad. Por lo cual también hay que protegerlos y darles un trato digno; ellos son parte del medio ambiente en el que vivimos. En diversas ocasiones, los animales están desprotegidos frente a la ambición y crueldad de los seres humanos. Hay animales salvajes que son cazados para satisfacer el apetito depredador del cazador. Otros animales son traficados ilícitamente para demostrar la opulencia de las personas que los compran. Otros más son sacados de su hábitat natural para mantenerlos en cuativerio, por no decir secuestrados, y hacer negocios con ellos, como es el caso de los espectáculos con delfines. En estos casos, hay un común denominador: los animales son usados, traficados y esclavizados para que las personas puedan hacer negocios y enriquecerse.

En el tema de bienestar animal, el Partido Verde ha impulsado diversas reformas legales para que se brinde trato digno a los animales. Precisamente la semana pasada, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General de Vida Silvestre para prohibir la utilización de mamiferos marinos en espectáculos fijos y también terminar con la reproducción forzada de estos animales, los cuales incluyen delfines, ballenas, manatíes, focas, lobos marinos, entre otros; aunque los más conocidos son los espectáculos con delfines.

En nuestro país se encuentra el 8% de los delfinarios de todo el mundo y está la industria del cautiverio de delfines más grande de latinoamérica. Las ganancias económicas son millonarias. Comparto este dato para que se dé una idea de la industria de la crueldad contra los delfines.

La reforma contempla una excepción: se podrán seguir realizando actividades e investigaciones con mamíferos marinos que tengan fines científicos o con propósitos de enseñanza, para su conservación y preservación. Además, los propietarios que cuenten con una autorización vigente para realizar espectáculos con mamíferos marinos, la conservarán en sus términos hasta la muerte de dichos animales. Es decir, no se les afectan sus actividades mercantiles. Sin embargo, diversos pseudo especialistas han afirmado que esta reforma afectará a los mamíferos marinos. Eso es falso. Lo que no quieren es dejar de hacer negocio. El bienestar de los mamíferos marinos está en su hábitat natural.

A la par que diversos países y sociedades occidentales han evolucionado, en ese medida han ensanchado las libertades y han reconocido nuevos derechos a sus poblaciones. Así, se han reconocido en las constituciones políticas los derechos de primera, segunda y tercera generación, esta última generación contempla el derecho humano a gozar de un medio ambiente sano. Hoy, incluso, ya se debate sobre los derechos de cuarta generación, los cuales están relacionados con las tecnologías de la información y comunicación. En este proceso evolutivo, se habla también del derecho de los seres sintientes, del derecho al bienestar animal y su protección.

Los animales -sean estos de compañía, domésticos o silvestres- son seres vivos que sienten al estar dotados de sensibilidad. Por lo cual también hay que protegerlos y darles un trato digno; ellos son parte del medio ambiente en el que vivimos. En diversas ocasiones, los animales están desprotegidos frente a la ambición y crueldad de los seres humanos. Hay animales salvajes que son cazados para satisfacer el apetito depredador del cazador. Otros animales son traficados ilícitamente para demostrar la opulencia de las personas que los compran. Otros más son sacados de su hábitat natural para mantenerlos en cuativerio, por no decir secuestrados, y hacer negocios con ellos, como es el caso de los espectáculos con delfines. En estos casos, hay un común denominador: los animales son usados, traficados y esclavizados para que las personas puedan hacer negocios y enriquecerse.

En el tema de bienestar animal, el Partido Verde ha impulsado diversas reformas legales para que se brinde trato digno a los animales. Precisamente la semana pasada, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General de Vida Silvestre para prohibir la utilización de mamiferos marinos en espectáculos fijos y también terminar con la reproducción forzada de estos animales, los cuales incluyen delfines, ballenas, manatíes, focas, lobos marinos, entre otros; aunque los más conocidos son los espectáculos con delfines.

En nuestro país se encuentra el 8% de los delfinarios de todo el mundo y está la industria del cautiverio de delfines más grande de latinoamérica. Las ganancias económicas son millonarias. Comparto este dato para que se dé una idea de la industria de la crueldad contra los delfines.

La reforma contempla una excepción: se podrán seguir realizando actividades e investigaciones con mamíferos marinos que tengan fines científicos o con propósitos de enseñanza, para su conservación y preservación. Además, los propietarios que cuenten con una autorización vigente para realizar espectáculos con mamíferos marinos, la conservarán en sus términos hasta la muerte de dichos animales. Es decir, no se les afectan sus actividades mercantiles. Sin embargo, diversos pseudo especialistas han afirmado que esta reforma afectará a los mamíferos marinos. Eso es falso. Lo que no quieren es dejar de hacer negocio. El bienestar de los mamíferos marinos está en su hábitat natural.