/ lunes 13 de julio de 2020

El discurso de López Obrador

El discurso de López Obrador tiene, en mi opinión, un contenido económico, histórico, y una apreciación de la actualidad política, tanto en lo primero como en lo último; celebra la entrada en vigor del tratado de libre comercio por la crisis económica mundial y por ser un gran logro para México, Estados Unidos y Canadá para que América del Norte recupere la presencia económica perdida en las últimas cinco décadas; concibe el tratado como una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades y naciones. El tratado permite, así mismo, atraer inversiones cuyos productos tengan un elevado contenido regional y cumplan con las condiciones salariales y laborales justas para los trabajadores.

Destaca las dificultades en la historia de las relaciones entre ambos países, y agravios que aún no se olvidan, pero también los acuerdos tácitos y explícitos como la ayuda de México a Estados Unidos en la segunda guerra mundial, con materias primas y la aportación de mano de obra con trabajadores conocidos como braceros en los años cuarenta del siglo pasado; cómo desde entonces se vienen consolidando nuestras relaciones económicas y comerciales, y también se ha propiciado la migración de mexicanas y mexicanos por las circunstancias económicas de ambas naciones y se ha conformado una comunidad de cerca de 38 millones de personas incluidos los hijos de padres mexicanos, también dijo: son gente buena y trabajadora que se gana la vida honradamente y aporta al desarrollo de esta gran nación; en México, a la vez, forman parte de la sociedad un millón y medio de estadounidenses, por lo que estamos unidos principalmente por vínculos económicos, comerciales, sociales y culturales.

Hizo referencia a Benito Juárez García y al republicano Abraham Lincoln, como impulsor de la abolición de la esclavitud, y como un presidente que nunca reconoció al emperador Maximiliano impuesto en México por el poderoso ejército francés; de la misma manera se refirió al presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt y al presidente patriota el general Lázaro Cárdenas del Rio, quien lo reconoció en los días posteriores a la expropiación petrolera, por ser respetuoso de la soberanía de los pueblos de este continente.

Al final de su discurso López Obrador le agradece al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y al presidente Trump por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos; expresa otros agradecimientos como no pretender tratarnos como colonia y honrar nuestra condición de nación independiente. Estos y otros agradecimientos han sido interpretados por columnistas, intelectuales, mercadólogos, y analistas de muy diversas maneras; yo interpreto que le dijo: así queremos ser tratados.

El discurso de López Obrador tiene, en mi opinión, un contenido económico, histórico, y una apreciación de la actualidad política, tanto en lo primero como en lo último; celebra la entrada en vigor del tratado de libre comercio por la crisis económica mundial y por ser un gran logro para México, Estados Unidos y Canadá para que América del Norte recupere la presencia económica perdida en las últimas cinco décadas; concibe el tratado como una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades y naciones. El tratado permite, así mismo, atraer inversiones cuyos productos tengan un elevado contenido regional y cumplan con las condiciones salariales y laborales justas para los trabajadores.

Destaca las dificultades en la historia de las relaciones entre ambos países, y agravios que aún no se olvidan, pero también los acuerdos tácitos y explícitos como la ayuda de México a Estados Unidos en la segunda guerra mundial, con materias primas y la aportación de mano de obra con trabajadores conocidos como braceros en los años cuarenta del siglo pasado; cómo desde entonces se vienen consolidando nuestras relaciones económicas y comerciales, y también se ha propiciado la migración de mexicanas y mexicanos por las circunstancias económicas de ambas naciones y se ha conformado una comunidad de cerca de 38 millones de personas incluidos los hijos de padres mexicanos, también dijo: son gente buena y trabajadora que se gana la vida honradamente y aporta al desarrollo de esta gran nación; en México, a la vez, forman parte de la sociedad un millón y medio de estadounidenses, por lo que estamos unidos principalmente por vínculos económicos, comerciales, sociales y culturales.

Hizo referencia a Benito Juárez García y al republicano Abraham Lincoln, como impulsor de la abolición de la esclavitud, y como un presidente que nunca reconoció al emperador Maximiliano impuesto en México por el poderoso ejército francés; de la misma manera se refirió al presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt y al presidente patriota el general Lázaro Cárdenas del Rio, quien lo reconoció en los días posteriores a la expropiación petrolera, por ser respetuoso de la soberanía de los pueblos de este continente.

Al final de su discurso López Obrador le agradece al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y al presidente Trump por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos; expresa otros agradecimientos como no pretender tratarnos como colonia y honrar nuestra condición de nación independiente. Estos y otros agradecimientos han sido interpretados por columnistas, intelectuales, mercadólogos, y analistas de muy diversas maneras; yo interpreto que le dijo: así queremos ser tratados.