El Pontificado de Francisco, dejará infinidad de anécdotas e imágenes, muchas de ellas con niños como protagonistas. La última, la de un pequeño argentino que arrancó la carcajada de cerca de 7.000 asistentes a la audiencia general del Papa, al subirse a corretear por el escenario y agarrar la lanza de un impertérrito guarda suizo.
Durante varios minutos, logró zafarse de los intentos de la seguridad del Vaticano de hacerle bajar. Inspirado por la espontaneidad y la alegría del menor, que es mudo, el Pontífice reflexionó ante sus fieles y dijo de él que, a pesar de su discapacidad, "sabía comunicarse y expresarse". Y que era libre, "indisciplinadamente libre". La madre del niño trató de controlarlo. Pero el Pontífice respondió inmediatamente: “Déjalo. Si quiere jugar acá, déjalo”
No deja de recordar esta actitud del Papa la predilección de Jesús por los niños y los sencillos. “De ellos es el Reino”.
Para Francisco, más allá de protocolos y seriedad de las audiencias, sobresale la comunicación con un niño, cuya expresión es más elocuente que las palabras.