/ miércoles 18 de mayo de 2022

La electromovilidad

Cambio climático, medio ambiente, electricidad, energías renovables, calidad del aire y contingencia ambiental, son algunos de los temas que se han debatido en los últimos meses en la agenda pública nacional y que, dada su relevancia, han sido abordados en esta columna de opinión. En esta ocasión escribiré sobre la electromovilidad, la cual se vislumbra como una alternativa para contrarestar la contaminación ambiental que producen los vehículos que utilizan combustibles fósiles y, con ello, combatir el calentamiento global.

Primero, la movilidad es un concepto vinculado a las ciudades, a los centros urbanos. Básicamente se trata del desplazamiento eficiente de personas y mercancías en un determinado territorio para satisfacer las necesidades y demandas en ese espacio geográfico. Así, la movilidad impacta en el crecimiento, el cuidado ambiental y la calidad de vida de las personas en las ciudades. Durante varios años, la movilidad estuvo orientada hacia el transporte privado y el uso de combustibles fósiles. Ahora, el enfoque ha cambiado hacia priorizar al peatón, el transporte público masivo y el uso de fuentes renovables de energía. Justo en este contexto nace la electromovilidad.

La electromovilidad alude al uso de vehículos que funcionan con un motor eléctrico, los cuales se clasifican en: 100% eléctricos, híbridos enchufables, los cuales son impulsados por dos motores: uno de combustión interna y el otro eléctrico y, vehículos con celdas de combustible, mismos que funcionan con gas de hidrógeno que se convierte en electricidad. Los más populares -porque son los que más se producen- son los vehículos eléctricos y los híbridos. La electromovilidad implica también la tecnología de almacenamiento de energía y la infraestructura como estaciones de carga en la vía pública, carreteras, viviendas, centros comerciales, entre otros.

En el país estamos en un punto incipiente de transición hacia la electromovilidad. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el territorio nacional en el 2020 estaban registrados en total 50,347,569 vehículos. Con información de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en el 2020 se comercializaron 24,405 vehículos híbridos y eléctricos. Si bien, la venta de vehículos eléctricos ha aumentado año con año, su proporción es baja en comparación con los vehículos de gasolina.

Es una realidad que los países requieren cambiar a un modelo energético sustentable. La electromovilidad es una alternativa que se consolidará en los próximos años para ser accesible a un mayor número de personas. Para lograrlo se requieren estrategias integrales, colaboración entre gobierno, industrias y sectores; nuevos modelos de negocio, grandes inversiones y un cambio de actitud personal.

La electromovilidad seguirá siendo un tema de análisis en esta columna.

Cambio climático, medio ambiente, electricidad, energías renovables, calidad del aire y contingencia ambiental, son algunos de los temas que se han debatido en los últimos meses en la agenda pública nacional y que, dada su relevancia, han sido abordados en esta columna de opinión. En esta ocasión escribiré sobre la electromovilidad, la cual se vislumbra como una alternativa para contrarestar la contaminación ambiental que producen los vehículos que utilizan combustibles fósiles y, con ello, combatir el calentamiento global.

Primero, la movilidad es un concepto vinculado a las ciudades, a los centros urbanos. Básicamente se trata del desplazamiento eficiente de personas y mercancías en un determinado territorio para satisfacer las necesidades y demandas en ese espacio geográfico. Así, la movilidad impacta en el crecimiento, el cuidado ambiental y la calidad de vida de las personas en las ciudades. Durante varios años, la movilidad estuvo orientada hacia el transporte privado y el uso de combustibles fósiles. Ahora, el enfoque ha cambiado hacia priorizar al peatón, el transporte público masivo y el uso de fuentes renovables de energía. Justo en este contexto nace la electromovilidad.

La electromovilidad alude al uso de vehículos que funcionan con un motor eléctrico, los cuales se clasifican en: 100% eléctricos, híbridos enchufables, los cuales son impulsados por dos motores: uno de combustión interna y el otro eléctrico y, vehículos con celdas de combustible, mismos que funcionan con gas de hidrógeno que se convierte en electricidad. Los más populares -porque son los que más se producen- son los vehículos eléctricos y los híbridos. La electromovilidad implica también la tecnología de almacenamiento de energía y la infraestructura como estaciones de carga en la vía pública, carreteras, viviendas, centros comerciales, entre otros.

En el país estamos en un punto incipiente de transición hacia la electromovilidad. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el territorio nacional en el 2020 estaban registrados en total 50,347,569 vehículos. Con información de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en el 2020 se comercializaron 24,405 vehículos híbridos y eléctricos. Si bien, la venta de vehículos eléctricos ha aumentado año con año, su proporción es baja en comparación con los vehículos de gasolina.

Es una realidad que los países requieren cambiar a un modelo energético sustentable. La electromovilidad es una alternativa que se consolidará en los próximos años para ser accesible a un mayor número de personas. Para lograrlo se requieren estrategias integrales, colaboración entre gobierno, industrias y sectores; nuevos modelos de negocio, grandes inversiones y un cambio de actitud personal.

La electromovilidad seguirá siendo un tema de análisis en esta columna.