/ lunes 28 de marzo de 2022

No eran tlayudas…

La semana pasada, el Gobierno Federal anunció con bombo y platillos la “inauguración” de la primera de sus tres únicas obras presupuestadas para todo el sexenio.

Se trata del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, un proyecto que inició mal y terminará peor. Les explico por qué.

Sobrecosto

A la llegada de López Obrador a la Presidencia en 2018, anunció que cancelaría el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que se encontraba en construcción sobre el municipio de Texcoco y cuyo valor final sería de cerca de $332 mil millones de pesos.

Por lo que su primer acto como titular del Ejecutivo fue la cancelación y puesta en marcha de un nuevo aeropuerto, uno que se construiría sobre la ya existente base aérea militar de Santa Lucía.

En dicha obra, además de realizarse sobre una pista y un terreno ya existentes, la construcción estaría a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional, por lo que todo esto implicaría un costo de toda la obra de solo $75 mil millones de pesos.

Pero las cifras no mienten y hoy, que ha sido entregada una versión bastante raquítica de lo que se supone es el proyecto final, resulta que el nuevo aeropuerto de Santa Lucía o Felipe Ángeles, resultará mucho más caro que el de Texcoco, pues alcanza ya un valor de $448 mil millones de pesos, es decir, $115 mil millones más.

Funcionalidad

Según las proyecciones, el aeropuerto de Texcoco, más barato que el de Santa Lucía puesto en marcha por este gobierno, ya estaría funcionando y operando más de 1 mil vuelos al día, resolviendo de fondo el actual problema de tráfico aéreo y sobrecupo que afecta al aeropuerto que ya existía en la Ciudad de México.

Sin embargo, el de Santa Lucía, pese a ya estar abierto, solo opera ocho, sí, únicamente ocho vuelos al día. Es decir, tenemos un aeropuerto que terminará costando $448 mil millones de pesos, de los cuales se han gastado $116 mil millones de pesos, para resolver solo el 1% del problema del tráfico aéreo en la capital del país.

Y usted podría pensar, “bueno, hay que darle tiempo, si apenas lo acaban de abrir”, correcto, pero según datos de los constructores del aeropuerto de Santa Lucía, este alcanzará su plenitud hasta el año 2052, así es, en 30 años resolverán el actual tráfico aéreo.

¿Y a Zacatecas qué?

¿Eso por qué me debería de importar a mí, si no vivo o no viajo a la Ciudad de México? Pues porque el problema del aeropuerto es más grande que el propio aeropuerto.

La cancelación del aeropuerto de Texcoco para construir el de Santa Lucía y la entrega final de un aeropuerto de Santa Lucía raquítico y lamentable genera desconfianza en los inversionistas.

La falta de inversiones en nuestro país, generan falta de fuentes de trabajo, la falta de desempleo no genera movimiento de la economía y por lo tanto muchos zacatecanos dejan de percibir ingresos o detectamos cómo el dinero vale menos cuando las cosas cuestan más.

Y a nivel estatal nosotros podemos ver cómo no hay infraestructura carretera ni en las vías federales, ni estatales, tampoco vemos seguridad, servicios de salud de calidad, o pagos puntuales en las nóminas magisteriales y un sin fin de problemas ocasionados por falta de recursos, que no hay por todo lo antes mencionado, entre otras cosas.

No obstante, el Presidente, ágil como suele verse, para evitar cuestionamientos acerca de la poca, casi nula funcionalidad del aeropuerto inaugurado, por cierto, a medias, centró la atención de la gente en una sola cosa, lo que se vio en internet, que estaba vendiendo una amable señora a la entrada de las puertas de abordaje, no eran tlayudas, eran doraditas.

Y el aeropuerto no era aeropuerto, era capricho.

La semana pasada, el Gobierno Federal anunció con bombo y platillos la “inauguración” de la primera de sus tres únicas obras presupuestadas para todo el sexenio.

Se trata del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, un proyecto que inició mal y terminará peor. Les explico por qué.

Sobrecosto

A la llegada de López Obrador a la Presidencia en 2018, anunció que cancelaría el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que se encontraba en construcción sobre el municipio de Texcoco y cuyo valor final sería de cerca de $332 mil millones de pesos.

Por lo que su primer acto como titular del Ejecutivo fue la cancelación y puesta en marcha de un nuevo aeropuerto, uno que se construiría sobre la ya existente base aérea militar de Santa Lucía.

En dicha obra, además de realizarse sobre una pista y un terreno ya existentes, la construcción estaría a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional, por lo que todo esto implicaría un costo de toda la obra de solo $75 mil millones de pesos.

Pero las cifras no mienten y hoy, que ha sido entregada una versión bastante raquítica de lo que se supone es el proyecto final, resulta que el nuevo aeropuerto de Santa Lucía o Felipe Ángeles, resultará mucho más caro que el de Texcoco, pues alcanza ya un valor de $448 mil millones de pesos, es decir, $115 mil millones más.

Funcionalidad

Según las proyecciones, el aeropuerto de Texcoco, más barato que el de Santa Lucía puesto en marcha por este gobierno, ya estaría funcionando y operando más de 1 mil vuelos al día, resolviendo de fondo el actual problema de tráfico aéreo y sobrecupo que afecta al aeropuerto que ya existía en la Ciudad de México.

Sin embargo, el de Santa Lucía, pese a ya estar abierto, solo opera ocho, sí, únicamente ocho vuelos al día. Es decir, tenemos un aeropuerto que terminará costando $448 mil millones de pesos, de los cuales se han gastado $116 mil millones de pesos, para resolver solo el 1% del problema del tráfico aéreo en la capital del país.

Y usted podría pensar, “bueno, hay que darle tiempo, si apenas lo acaban de abrir”, correcto, pero según datos de los constructores del aeropuerto de Santa Lucía, este alcanzará su plenitud hasta el año 2052, así es, en 30 años resolverán el actual tráfico aéreo.

¿Y a Zacatecas qué?

¿Eso por qué me debería de importar a mí, si no vivo o no viajo a la Ciudad de México? Pues porque el problema del aeropuerto es más grande que el propio aeropuerto.

La cancelación del aeropuerto de Texcoco para construir el de Santa Lucía y la entrega final de un aeropuerto de Santa Lucía raquítico y lamentable genera desconfianza en los inversionistas.

La falta de inversiones en nuestro país, generan falta de fuentes de trabajo, la falta de desempleo no genera movimiento de la economía y por lo tanto muchos zacatecanos dejan de percibir ingresos o detectamos cómo el dinero vale menos cuando las cosas cuestan más.

Y a nivel estatal nosotros podemos ver cómo no hay infraestructura carretera ni en las vías federales, ni estatales, tampoco vemos seguridad, servicios de salud de calidad, o pagos puntuales en las nóminas magisteriales y un sin fin de problemas ocasionados por falta de recursos, que no hay por todo lo antes mencionado, entre otras cosas.

No obstante, el Presidente, ágil como suele verse, para evitar cuestionamientos acerca de la poca, casi nula funcionalidad del aeropuerto inaugurado, por cierto, a medias, centró la atención de la gente en una sola cosa, lo que se vio en internet, que estaba vendiendo una amable señora a la entrada de las puertas de abordaje, no eran tlayudas, eran doraditas.

Y el aeropuerto no era aeropuerto, era capricho.