/ miércoles 23 de febrero de 2022

Una transición energética ordenada

La protección al medio ambiente, la restauración del equilibrio ecológico, la transición energética y el impulso de las energías renovables deben ser el puerto de destino a la hora de definir un modelo eléctrico. El objetivo final no está en duda. Las y los diputados del Partido Verde hemos impulsado la inclusión de estos temas a lo largo de los años. La discusión está, como en cualquier política pública, en los cómos, en las estrategias y acciones a realizar para lograr el objetivo. Precisamente, este ha sido el punto de debate en los foros de los ultimos días.

Por un lado, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, señaló que la iniciativa de reforma eléctrica trata de ordenar la transición energética, de ordenar la incorporación de las fuentes renovables de energía con base en criterios técnicos, económicos y de planeación y donde el medio ambiente sea un elemento sustantivo. Por otra parte, hay algunos participantes que señalan que la propuesta de reforma eléctrica no incentiva la transición energética ni las energías renovables, que es una regresión a las energías de origen fósil. En este debate hay que tomar en consideración algunos aspectos que considero relevantes.

La iniciativa de reforma eleva a rango constitucional la transición energética y establece que ésta queda a cargo del Estado Mexicano y utilizará de manera sustentable todas las fuentes de energía, reduciendo paulatinamente las emisiones de gases de efecto invernadero y contará con las políticas científicas, tecnológicas e industriales necesarias para esta transición. La Comisión Federal de Electricidad (CFE), la institución pública de las y los mexicanos, será la responsable de dicha Transición Energética. Hay algunas personas que tienen reservas sobre la capacidad de la CFE para alcanzar este objetivo; sin embargo, les comparto esta reflexión: la CFE ha sido la encargada de electrificar el territorio nacional casi en su totalidad, por ello hay que confiar en los trabajadores profesionales de la CFE.

De acuerdo al Programa para el Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional 2021-2035 (PRODESEN) el país generará el 35% de su electricidad a partir de fuentes limpias para el año 2024, tal y como lo mandata la Ley de Transición Energética. En relación a las emisiones de gases de efecto invernadero, México emite el 1.2% de las emisiones totales en el mundo y cinco países concentran casi el 60% de las emisiones totales: China emite el 26.8%, Estados Unidos el 13.1%, la Comunidad Europea el 9%, India el 7% y Rusia el 4%. El PRODESEN también estima que las emisiones de CO2 se reducirán en los próximos años. Las cifras anteriores no significan que nuestro país no contamina, pero hay que ver los datos desde una perspectiva comparada.

La transición energética en México es inevitable, solo hay que darle orden y rumbo para garantizar la seguridad energética del país.

La protección al medio ambiente, la restauración del equilibrio ecológico, la transición energética y el impulso de las energías renovables deben ser el puerto de destino a la hora de definir un modelo eléctrico. El objetivo final no está en duda. Las y los diputados del Partido Verde hemos impulsado la inclusión de estos temas a lo largo de los años. La discusión está, como en cualquier política pública, en los cómos, en las estrategias y acciones a realizar para lograr el objetivo. Precisamente, este ha sido el punto de debate en los foros de los ultimos días.

Por un lado, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, señaló que la iniciativa de reforma eléctrica trata de ordenar la transición energética, de ordenar la incorporación de las fuentes renovables de energía con base en criterios técnicos, económicos y de planeación y donde el medio ambiente sea un elemento sustantivo. Por otra parte, hay algunos participantes que señalan que la propuesta de reforma eléctrica no incentiva la transición energética ni las energías renovables, que es una regresión a las energías de origen fósil. En este debate hay que tomar en consideración algunos aspectos que considero relevantes.

La iniciativa de reforma eleva a rango constitucional la transición energética y establece que ésta queda a cargo del Estado Mexicano y utilizará de manera sustentable todas las fuentes de energía, reduciendo paulatinamente las emisiones de gases de efecto invernadero y contará con las políticas científicas, tecnológicas e industriales necesarias para esta transición. La Comisión Federal de Electricidad (CFE), la institución pública de las y los mexicanos, será la responsable de dicha Transición Energética. Hay algunas personas que tienen reservas sobre la capacidad de la CFE para alcanzar este objetivo; sin embargo, les comparto esta reflexión: la CFE ha sido la encargada de electrificar el territorio nacional casi en su totalidad, por ello hay que confiar en los trabajadores profesionales de la CFE.

De acuerdo al Programa para el Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional 2021-2035 (PRODESEN) el país generará el 35% de su electricidad a partir de fuentes limpias para el año 2024, tal y como lo mandata la Ley de Transición Energética. En relación a las emisiones de gases de efecto invernadero, México emite el 1.2% de las emisiones totales en el mundo y cinco países concentran casi el 60% de las emisiones totales: China emite el 26.8%, Estados Unidos el 13.1%, la Comunidad Europea el 9%, India el 7% y Rusia el 4%. El PRODESEN también estima que las emisiones de CO2 se reducirán en los próximos años. Las cifras anteriores no significan que nuestro país no contamina, pero hay que ver los datos desde una perspectiva comparada.

La transición energética en México es inevitable, solo hay que darle orden y rumbo para garantizar la seguridad energética del país.