/ domingo 15 de mayo de 2022

10 de mayo

El día de la madre, como en otros países, tiene mucho arraigo en México. No importa el día de la semana que caiga, nunca falta la fiesta. El día del padre se festeja siempre un domingo, como para no desajustar las actividades de la semana, pero el día de la madre se debe celebrar cada 10 de mayo.

¿Por qué queremos tanto a las mamás? La relación de una madre con sus hijos es muy especial. El vínculo que se crea en el vientre materno durante nueve meses es único y solo ellas saben lo que significa. Como hijos a veces somos malagradecidos, pero no por eso las madres dejan de querernos, de perdonarnos e incluso de justificarnos y por eso tienen un lugar particular en nuestras vidas.

La maternidad es una dimensión maravillosa de la mujer: transmitir la vida, cuidar, formar y encauzar a los hijos. La mujer tiene un talento natural para «hacer casa», para juntar y mantener unida la familia y siempre sabe lo que necesita cada uno. El feminismo en su sentido más auténtico reconoce la capacidad de comprensión, generosidad y ternura de las mujeres por los demás.

Para algunos es un discurso anticuado hablar de estas cosas. En ocasiones se contrapone ser madre con desarrollo profesional, éxito económico y preparación académica. No siempre es fácil para ellas conjugar todo esto. La responsabilidad de ser madre es muy grande y a veces no cuentan con el apoyo necesario para serlo.

Como varones y como sociedad en general debemos seguir creando las condiciones para que las mujeres puedan armonizar mejor maternidad y vida laboral. Hoy al frente de muchas familias está una mujer, con la tarea de educar y mantener a los hijos, lo cual requiere un equilibrio no siempre fácil de conseguir, en un mundo laboral que suele poner por encima de todo el factor económico. Apoyar a las mamás es redituable y necesario para nuestro presente y futuro. Nos quejamos del entorno social, pero con frecuencia no apoyamos a las familias y sobre todo a las mujeres.

¿Qué haríamos sin las mamás? Sin duda habría un mundo más frío y calculador. ¿Y qué pasa con los que hemos perdido a nuestra madre a una edad temprana? En mi experiencia les puedo compartir que siempre he sentido que Dios me ha mandado distintas mamás en diversos momentos y circunstancias. La madre original es siempre una y única, pero Dios tiene sus formas, no digo de suplirla, pero sí de hacerla presente a lo largo de la vida. Y para todos los creyentes, contamos además con la presencia maternal de la Virgen María. ¡Felicidades y gracias a todas las mamás!

El día de la madre, como en otros países, tiene mucho arraigo en México. No importa el día de la semana que caiga, nunca falta la fiesta. El día del padre se festeja siempre un domingo, como para no desajustar las actividades de la semana, pero el día de la madre se debe celebrar cada 10 de mayo.

¿Por qué queremos tanto a las mamás? La relación de una madre con sus hijos es muy especial. El vínculo que se crea en el vientre materno durante nueve meses es único y solo ellas saben lo que significa. Como hijos a veces somos malagradecidos, pero no por eso las madres dejan de querernos, de perdonarnos e incluso de justificarnos y por eso tienen un lugar particular en nuestras vidas.

La maternidad es una dimensión maravillosa de la mujer: transmitir la vida, cuidar, formar y encauzar a los hijos. La mujer tiene un talento natural para «hacer casa», para juntar y mantener unida la familia y siempre sabe lo que necesita cada uno. El feminismo en su sentido más auténtico reconoce la capacidad de comprensión, generosidad y ternura de las mujeres por los demás.

Para algunos es un discurso anticuado hablar de estas cosas. En ocasiones se contrapone ser madre con desarrollo profesional, éxito económico y preparación académica. No siempre es fácil para ellas conjugar todo esto. La responsabilidad de ser madre es muy grande y a veces no cuentan con el apoyo necesario para serlo.

Como varones y como sociedad en general debemos seguir creando las condiciones para que las mujeres puedan armonizar mejor maternidad y vida laboral. Hoy al frente de muchas familias está una mujer, con la tarea de educar y mantener a los hijos, lo cual requiere un equilibrio no siempre fácil de conseguir, en un mundo laboral que suele poner por encima de todo el factor económico. Apoyar a las mamás es redituable y necesario para nuestro presente y futuro. Nos quejamos del entorno social, pero con frecuencia no apoyamos a las familias y sobre todo a las mujeres.

¿Qué haríamos sin las mamás? Sin duda habría un mundo más frío y calculador. ¿Y qué pasa con los que hemos perdido a nuestra madre a una edad temprana? En mi experiencia les puedo compartir que siempre he sentido que Dios me ha mandado distintas mamás en diversos momentos y circunstancias. La madre original es siempre una y única, pero Dios tiene sus formas, no digo de suplirla, pero sí de hacerla presente a lo largo de la vida. Y para todos los creyentes, contamos además con la presencia maternal de la Virgen María. ¡Felicidades y gracias a todas las mamás!