Sucede que la cultura del ocio es también una fuente de riqueza económica cada vez mayor. En este ámbito de la utilidad conviene recordar que cada vez más los jóvenes prefieren tiempo de ocio para disfrutar de relaciones familiares, amistosas y diversiones, a trabajar sin descanso para lograr una mejor posición económica; prefieren tener derecho al uso de poseer. Algo está cambiando en este sentido, y sucede que la cultura del ocio, en la que tan implicadas están las Humanidades, es también una fuente de riqueza económica cada vez mayor.
Con todo, no es ésta su principal aportación al progreso en humanidad, sino la que vienen proporcionando desde sus orígenes en el campo de la formación. Porque ayudan a conocer reflexivamente la historia para poder encontrar el propio lugar en el mundo, la historia de cada país y la del género humano, que es ya sin duda intercultural.