/ miércoles 28 de agosto de 2019

Estado ¿moderno?

En nuestro estado hemos estado viviendo discusiones sobre cuestiones ya debatidas antes en otros lugares del mundo y de México. No podemos vivir aislados y es bueno reflexionar. Zacatecas tiene que modernizarse, argumentan algunos, y tienen razón, pero no siempre nos ponemos de acuerdo en lo que es moderno. Algunos temas tocan las convicciones más profundas de casi todos, ya sea a favor o en contra.

No me parece que seamos menos modernos que otras sociedades por el hecho de defender la vida, el matrimonio, la familia. También en países más prósperos hay quien está a favor de estos temas. Y no por eso detienen el desarrollo de su país, ni se convierten en feudos medievales.

Hoy vivimos a nivel mundial, y no somos ajenos a esto, un ensalzamiento de la libertad personal, por encima de cualquier referente ético. La autonomía de la propia libertad se pone en el pedestal más alto. Muchas veces sólo es válido lo que “me gusta”, lo que se “me antoja”. Como que nos molesta la idea de lo bueno y lo malo, como si la verdad fuera cuestión de épocas, como si el ser humano cambiara completamente según el tiempo que le toca vivir.

¿Por qué creen que seguimos leyendo a Platón y a Aristóteles a pesar de haber vivido hace muchos siglos en circunstancias muy diversas, por cierto, poco sospechosos de ser de la Iglesia? Porque hablaron de verdades perennes del ser humano, que hoy también nos preocupan. En algunos aspectos han sido superados, pero en otros, como por ejemplo en el tema de la virtud, de la ética, muchas cosas siguen siendo válidas, porque la naturaleza humana, la esencia del ser humano, sigue siendo la misma.

No siempre el desarrollo científico, social, económico, etc., significa progreso humano, si no va de la mano de la ética, que nos ayuda a descubrir lo mejor para el ser humano. Hay cosas que no pasan de moda, y la libertad sin referencia a la verdad, a lo bueno, termina extraviada, y eso no significa modernidad.

Lo que no debemos perder hoy día es la capacidad de escucharnos, aceptarnos, aunque pensemos y vivamos diferente. Es valioso que hoy todos podamos opinar, pero respetar a cada uno no significa plasmar en las leyes todas las formas posibles de vivir. Hay que buscar las mejores, para todos, y evitar descalificarnos sin conocer lo que cada uno ha vivido, pero también llamarle a cada cosa por su nombre, y aceptar que no todo depende de nuestra voluntad. Hay cosas que ya nos han sido dadas por naturaleza. No confundamos modernidad con nuevas leyes que entienden la voluntad personal como medida de todo. ¡Gracias!

En nuestro estado hemos estado viviendo discusiones sobre cuestiones ya debatidas antes en otros lugares del mundo y de México. No podemos vivir aislados y es bueno reflexionar. Zacatecas tiene que modernizarse, argumentan algunos, y tienen razón, pero no siempre nos ponemos de acuerdo en lo que es moderno. Algunos temas tocan las convicciones más profundas de casi todos, ya sea a favor o en contra.

No me parece que seamos menos modernos que otras sociedades por el hecho de defender la vida, el matrimonio, la familia. También en países más prósperos hay quien está a favor de estos temas. Y no por eso detienen el desarrollo de su país, ni se convierten en feudos medievales.

Hoy vivimos a nivel mundial, y no somos ajenos a esto, un ensalzamiento de la libertad personal, por encima de cualquier referente ético. La autonomía de la propia libertad se pone en el pedestal más alto. Muchas veces sólo es válido lo que “me gusta”, lo que se “me antoja”. Como que nos molesta la idea de lo bueno y lo malo, como si la verdad fuera cuestión de épocas, como si el ser humano cambiara completamente según el tiempo que le toca vivir.

¿Por qué creen que seguimos leyendo a Platón y a Aristóteles a pesar de haber vivido hace muchos siglos en circunstancias muy diversas, por cierto, poco sospechosos de ser de la Iglesia? Porque hablaron de verdades perennes del ser humano, que hoy también nos preocupan. En algunos aspectos han sido superados, pero en otros, como por ejemplo en el tema de la virtud, de la ética, muchas cosas siguen siendo válidas, porque la naturaleza humana, la esencia del ser humano, sigue siendo la misma.

No siempre el desarrollo científico, social, económico, etc., significa progreso humano, si no va de la mano de la ética, que nos ayuda a descubrir lo mejor para el ser humano. Hay cosas que no pasan de moda, y la libertad sin referencia a la verdad, a lo bueno, termina extraviada, y eso no significa modernidad.

Lo que no debemos perder hoy día es la capacidad de escucharnos, aceptarnos, aunque pensemos y vivamos diferente. Es valioso que hoy todos podamos opinar, pero respetar a cada uno no significa plasmar en las leyes todas las formas posibles de vivir. Hay que buscar las mejores, para todos, y evitar descalificarnos sin conocer lo que cada uno ha vivido, pero también llamarle a cada cosa por su nombre, y aceptar que no todo depende de nuestra voluntad. Hay cosas que ya nos han sido dadas por naturaleza. No confundamos modernidad con nuevas leyes que entienden la voluntad personal como medida de todo. ¡Gracias!