Cada día que comienza, es una nueva oportunidad. Lo que el día de ayer no terminé o no supe hacer, hoy me demostraré que el deseo de ser mejor que ayer superará lo no logrado.
Nada es imposible para quien piensa de esta manera; nada es imposible para quien desea en verdad lo que sueña y seguro está en hacerlo realidad. Nadie conoce el camino del día de mañana, pero, seguro estoy que quien comienza el día con temores nunca alcanzará a recorrer el camino del mañana.
En cierta ocasión terminé de correr una competencia de medio maratón, o sea 21 kilómetros, terminé destrozado físicamente. Luego en casa reflexionado de lo corrido y la forma en que lo hice, me doy cuenta que el cansancio físico es para todos, tanto para el que gana como para el que llega en las últimas posiciones de la competencia, lo distante entre los dos, es la forma en que preparó su cuerpo para correr esa distancia, y en la forma en que su mente en cada entrenamiento le ordenaba que si lo podría lograr.
La mente juega hoy en día un papel súper importantísimo para lograr y conquistar objetivos imposibles para muchos, aquí la diferencia está en quien lo logra y en el que se queda a la mitad, echándole la culpa a Dios por haber mandado una temperatura muy alta el día de la competencia.
Los errores en la estrategia de una competencia son comunes y todos hemos pasado por este camino, aquí nuevamente la diferencia entre los que supieron encontrar la falla y en los que encontraron mil doscientos pretextos. La primera falla encontrada es que no saben reconocer el esfuerzo de quien ganó la competencia, no reconocen que fueron superados durante el trayecto a la meta.
Y como segundo error la vanidad por tratar de ser lo que no pudieron ser o lograr, esto los lleva a un nuevo error mental, que es la envidia por quien ganó la competencia.
El ganador no puede dormir de pensar en lo hermoso del recorrido y en el momento en que levantó los brazos al pasar por la línea de llegada en primer lugar, mientras el otro, no puede dormir de coraje y de envidia sintiéndose impotente.
Encuentra con humildad tus errores y estúdialos bien; déjate llevar por los buenos consejos y cambia tu mente del lugar equivocado al lugar del seguimiento a la verdad. Rehúye de la vanidad, no te encuentres y te pares a platicar con la envidia ni con el coraje, únete a la alegría de poder lograr superar a estos dos enemigos que terminan con los sueños e ilusiones de ser unos ganadores en la vida.
El día de un competidor en el deporte comienza antes de que salga el sol, antes de que el gallo cante anunciando que comienza un nuevo día. No tengas temor a lo desconocido, más bien conquista cosas desconocidas para ti, y recuerda no veas solamente el triunfo de los demás, enfréntate a ti mismo y conquístate triunfos para ti, no le envidies nada a nadie, solo reconócele lo que ha logrado con su esfuerzo, este personaje a reconocer nos dirá que sí hay camino para llegar, pues, si él lo logró, tú también lo puedes hacer y mucho mejor; el primero no le pidió permiso a nadie más que su mente ganadora se lo ordenó, así de esta manera encuéntrate con tu mente ganadora y sean unos triunfadores juntos.
La vida es corta y si no la aprovechamos, se terminará y todos nuestros sueños, sólo eso serán, nada más que sueños.
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