/ miércoles 4 de abril de 2018

¿Quién educa a quién?

Todos los padres o digamos la mayoría, buscamos dar lo mejor a nuestros hijos. Me refiero precisamente a cosas materiales que como ya hemos mencionado, sí son importantes, pero no son lo más transcendental en su vida. Claro que ello depende de la educación que han recibido principalmente en casa y de los ejemplos que responsablemente les vamos dando cotidianamente.

Esta época de vacaciones, ayuda mucho a estrechar las relaciones con los hijos, pues en estos pequeños lapsos de tiempo, podemos vivir nuevos aprendizajes en referencia a los cambios que han sufrido en su carácter y pensamiento. Por ello, es muy importante estar atento a esta transición y saber hacia dónde dirigirlos; no para controlar su vida si no para ayudarle a madurar y a tomar decisiones que contribuyan a conviertirse en seres maduros, inteligentes y productivos.

Vemos, aunque parezca extremo, casos contrarios, donde los padres can afán de hacer sentir bien a los hijos y demostrarles su importancia, sacrifican tiempo y recursos económicos por complacerles, cayendo sin percatarse de ello, en chantajes a los que los hijos siempre conscientes de lo que hacen, los someten sin el más mínimo remordimiento. Así vemos padres endeudándose para salir de vacaciones, hasta otros capaces de perder paquetes vacacionales ya pagados, solo porque sus hijos no están de acuerdo en viajar al lugar que papá o mamá habían elegido. Otros en cambio, logran convencerlos de que no saldrán de vacaciones, pero a cambio les exigen un sinfín de cosas materiales que a veces ni siquiera podrán pagar de manera inmediata o a corto plazo.

Estos caprichos siempre ocasionan conflictos que, por sencillos que parezcan, siempre traen consecuencias severas, lamentables; más aún aquellas donde se ocasionan diferencias entre la pareja de padres porque entonces se complica más la situación, pues además de estar lidiando con los caprichos de los hijos, también se tiene que aprender a sobrellevar las diferencias constantes que se viven con la pareja para evitar que el matrimonio sufra daños mayores.

Por estas razones, es importante identificar cuando nuestros hijos nos están haciendo víctimas de sus deseos a través de caprichos o berrinches que traerán consecuencias como las ya mencionadas, pero, sobre todo, siempre es importante tener un camino a seguir que nos ayude a evitar un problema o a encontrar una solución si es que ya estamos enfrentando situaciones como esta.

Las soluciones para evitar vivir en un mundo de ansiedad o estrés, está al alcance de todos, para ello consideremos aspectos sencillosque nunca está demás tenerlos en cuenta, como:

• Primero, tomar las mejores decisiones y hacerlo con firmeza. Siempre tomando en cuenta que el hecho de ser padres no nos hace perfectos; más bien nos compromete a que analicemos todo nuestro entorno y nuestra situación económica, emocional y hasta espiritual si es necesario. Estas decisiones habrán de tomarse sin ceder en los gustos o antojos innecesarios si no de acuerdo a necesidades, posibilidades y verdaderos deseos. En el tema de las vacaciones, antes de tomar alguna determinación, analicemos el bolsillo, el tiempo y los gustos de todos los integrantes de la familia.

• Recordemos a los hijos que significan mucho en nuestra vida, que son el motor que nos impulsa a seguir hacia adelante todos los días, por ello, debemos sujetarnos a reglas aparentemente sencillas, pero muy importantes. Ejemplos de estas: Que todas las opiniones de los integrantes de la familia son importantes. Qué las normas o límites que marcan los padres, siempre tienen una razón y que su existencia, no implica que los hijos no puedan opinar, al contrario que tienen derecho de verter sus puntos de vista, pero siempre considerando las normas establecidas por los padres y que no deben estar sujetas a caprichos sino a principios.

• Las acciones de los padres siempre deben ser coherentes pues son estos quienes llevan el timón del barco. Como parejadeben decidir y evitar errores de permisividad que posteriormente se conviertan en conflictos irremediables. Es importante cuidar que algún otro familiar no intervenga en estas decisiones que son meramente familiares, pues esto daría pie a que, en lo sucesivo nos tengamos que someter a opiniones de agentes ajenos a la familia.

• Y finalmente recordemos que, no hay nada como la buena comunicación. Si establecimos un compromiso con nuestros hijos, siempre hay que darles una buena razón del por qué y el para qué de éste. Si ofrecí alguna recompensa a cambio de algo, debo procurar que la recompensa no sea material pues es más significativo que sea algo que tenga que ver con los valores que como familia debemos inculcar todos los días. Pero si es muy importante que, entre conversación y acuerdos, siempre les estemos recordando lo importante que son para nosotros y que nuestras decisiones siempre van encaminadas a que haya un crecimiento, personal en todos los sentidos.

Educar seres humanos felices, es tarea de todos.

Todos los padres o digamos la mayoría, buscamos dar lo mejor a nuestros hijos. Me refiero precisamente a cosas materiales que como ya hemos mencionado, sí son importantes, pero no son lo más transcendental en su vida. Claro que ello depende de la educación que han recibido principalmente en casa y de los ejemplos que responsablemente les vamos dando cotidianamente.

Esta época de vacaciones, ayuda mucho a estrechar las relaciones con los hijos, pues en estos pequeños lapsos de tiempo, podemos vivir nuevos aprendizajes en referencia a los cambios que han sufrido en su carácter y pensamiento. Por ello, es muy importante estar atento a esta transición y saber hacia dónde dirigirlos; no para controlar su vida si no para ayudarle a madurar y a tomar decisiones que contribuyan a conviertirse en seres maduros, inteligentes y productivos.

Vemos, aunque parezca extremo, casos contrarios, donde los padres can afán de hacer sentir bien a los hijos y demostrarles su importancia, sacrifican tiempo y recursos económicos por complacerles, cayendo sin percatarse de ello, en chantajes a los que los hijos siempre conscientes de lo que hacen, los someten sin el más mínimo remordimiento. Así vemos padres endeudándose para salir de vacaciones, hasta otros capaces de perder paquetes vacacionales ya pagados, solo porque sus hijos no están de acuerdo en viajar al lugar que papá o mamá habían elegido. Otros en cambio, logran convencerlos de que no saldrán de vacaciones, pero a cambio les exigen un sinfín de cosas materiales que a veces ni siquiera podrán pagar de manera inmediata o a corto plazo.

Estos caprichos siempre ocasionan conflictos que, por sencillos que parezcan, siempre traen consecuencias severas, lamentables; más aún aquellas donde se ocasionan diferencias entre la pareja de padres porque entonces se complica más la situación, pues además de estar lidiando con los caprichos de los hijos, también se tiene que aprender a sobrellevar las diferencias constantes que se viven con la pareja para evitar que el matrimonio sufra daños mayores.

Por estas razones, es importante identificar cuando nuestros hijos nos están haciendo víctimas de sus deseos a través de caprichos o berrinches que traerán consecuencias como las ya mencionadas, pero, sobre todo, siempre es importante tener un camino a seguir que nos ayude a evitar un problema o a encontrar una solución si es que ya estamos enfrentando situaciones como esta.

Las soluciones para evitar vivir en un mundo de ansiedad o estrés, está al alcance de todos, para ello consideremos aspectos sencillosque nunca está demás tenerlos en cuenta, como:

• Primero, tomar las mejores decisiones y hacerlo con firmeza. Siempre tomando en cuenta que el hecho de ser padres no nos hace perfectos; más bien nos compromete a que analicemos todo nuestro entorno y nuestra situación económica, emocional y hasta espiritual si es necesario. Estas decisiones habrán de tomarse sin ceder en los gustos o antojos innecesarios si no de acuerdo a necesidades, posibilidades y verdaderos deseos. En el tema de las vacaciones, antes de tomar alguna determinación, analicemos el bolsillo, el tiempo y los gustos de todos los integrantes de la familia.

• Recordemos a los hijos que significan mucho en nuestra vida, que son el motor que nos impulsa a seguir hacia adelante todos los días, por ello, debemos sujetarnos a reglas aparentemente sencillas, pero muy importantes. Ejemplos de estas: Que todas las opiniones de los integrantes de la familia son importantes. Qué las normas o límites que marcan los padres, siempre tienen una razón y que su existencia, no implica que los hijos no puedan opinar, al contrario que tienen derecho de verter sus puntos de vista, pero siempre considerando las normas establecidas por los padres y que no deben estar sujetas a caprichos sino a principios.

• Las acciones de los padres siempre deben ser coherentes pues son estos quienes llevan el timón del barco. Como parejadeben decidir y evitar errores de permisividad que posteriormente se conviertan en conflictos irremediables. Es importante cuidar que algún otro familiar no intervenga en estas decisiones que son meramente familiares, pues esto daría pie a que, en lo sucesivo nos tengamos que someter a opiniones de agentes ajenos a la familia.

• Y finalmente recordemos que, no hay nada como la buena comunicación. Si establecimos un compromiso con nuestros hijos, siempre hay que darles una buena razón del por qué y el para qué de éste. Si ofrecí alguna recompensa a cambio de algo, debo procurar que la recompensa no sea material pues es más significativo que sea algo que tenga que ver con los valores que como familia debemos inculcar todos los días. Pero si es muy importante que, entre conversación y acuerdos, siempre les estemos recordando lo importante que son para nosotros y que nuestras decisiones siempre van encaminadas a que haya un crecimiento, personal en todos los sentidos.

Educar seres humanos felices, es tarea de todos.

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