/ sábado 31 de marzo de 2018

Vivencias de un agrónomo

Ya comencé en mis dos colaboraciones anteriores para El Sol de Zacatecas, que amablemente me otorga este espacio, para escribir sobre el fascinante proceso (a mi me parece) de la fecundación que ocurre en la hermosa flor de Durazno; y que luego, pasados algunos meses (4 a 5), nos permite saborear un rico durazno amarillo, de pulpa firme, bien balanceado de ácidos y azúcares… así que ahora le sigo para explicar todo el proceso.

Resulta que al “caer” varios granos de polen (células sexuales reproductivas masculinas) en la “cabeza” húmeda del Estigma, que es parte del Pistilo de la flor, rápidamente germinan. Y aquí debo hacer alguna observación: cuando en este tiempo, realmente corto del proceso, hay demasiado aire seco (febrero – marzo), los Estigmas se deshidratan, y entonces, la germinación de los granos de polen falla, y ahí se suspende el proceso. Muchas flores caen sin más nada. No se fecundaron.

Ahora bien, si las condiciones fueron favorables en temperatura y humedad, los granos de polen emiten su tubo polínico, que lleva solo la mitad de cromosomas (n=8) de la especie (eso lo expliqué en la colaboración de la semana pasada). Dicho tubo polínico circula o transita – se va abriendo paso – por el conducto hueco del Estilo, que también es parte del Pistilo de la flor. Y son muchos los que inician esta “prueba maratónica”. Todos llevan la intención de llegar al punto culminante de fecundar los óvulos contenidos en el Ovario de la Flor; pero la mayoría se queda a mitad del camino; y solo uno o en ocasiones dos llegan a la meta de la fecundación. De esta manera, n cromosomas del polen, más n cromosomas del óvulo (números haploides), resulta en 2n (numero diploide), y ahí irán todos los genes que determinan las características fenotípicas y genotípicas; es decir su ADN.

Y aquí debo hacer otra observación: cuando en todo este proceso la temperatura ha sido favorable (mínimas arriba de 0°); con curiosidad veremos los Estilos de la flor, bien turgentes; pero cuando se ha registrado alguna helada (tolera -2°C por 30 minutos), veremos los Estilos flácidos, doblados. Esa flor ya fracasó. En algunos años ha ocurrido esto en las huertas; es decir, una abundante floración, pero poco o nada de amarre de fruta (en este año 2018 se ha tenido excelente floración, todos esperamos que ya haya pasado el peligro de una helada en los primeros días de abril)

Pues bien, seguimos adelante – espero no aburrirlos -, ya mencioné que en el Ovario unicarpelar del Durazno hay 2 óvulos, pero generalmente solo se fecunda uno (muy raramente se llega a encontrar un hueso con dos semillas). Y en el Ovario, que está en la base de la flor, ya fecundado, comienza el crecimiento de su “criatura” (su bebé), o sea, el fruto. Y así se va formando el Pericarpio o piel exterior; el Endocarpio o pulpa que es la parte comestible; y el Endocarpio o hueso duro que aloja la semilla donde está toda la fuerza reproductiva.

Ahora bien; si la semilla viene de la autopolinización de la flor, entonces al ponerla a germinar reproducirá igualmente las características fenotípicas y genotípicas del árbol de donde vino (prácticamente su padre); pero si la semilla viene de una polinización cruzada, entonces ocurrió la combinación genética. Al ponerla a germinar, y llegar a convertirse en un árbol, tendrá características distintas. Los genes de ambos progenitores, algunos dominantes y otros recesivos las determinarán.

Hasta la próxima semana.

Ya comencé en mis dos colaboraciones anteriores para El Sol de Zacatecas, que amablemente me otorga este espacio, para escribir sobre el fascinante proceso (a mi me parece) de la fecundación que ocurre en la hermosa flor de Durazno; y que luego, pasados algunos meses (4 a 5), nos permite saborear un rico durazno amarillo, de pulpa firme, bien balanceado de ácidos y azúcares… así que ahora le sigo para explicar todo el proceso.

Resulta que al “caer” varios granos de polen (células sexuales reproductivas masculinas) en la “cabeza” húmeda del Estigma, que es parte del Pistilo de la flor, rápidamente germinan. Y aquí debo hacer alguna observación: cuando en este tiempo, realmente corto del proceso, hay demasiado aire seco (febrero – marzo), los Estigmas se deshidratan, y entonces, la germinación de los granos de polen falla, y ahí se suspende el proceso. Muchas flores caen sin más nada. No se fecundaron.

Ahora bien, si las condiciones fueron favorables en temperatura y humedad, los granos de polen emiten su tubo polínico, que lleva solo la mitad de cromosomas (n=8) de la especie (eso lo expliqué en la colaboración de la semana pasada). Dicho tubo polínico circula o transita – se va abriendo paso – por el conducto hueco del Estilo, que también es parte del Pistilo de la flor. Y son muchos los que inician esta “prueba maratónica”. Todos llevan la intención de llegar al punto culminante de fecundar los óvulos contenidos en el Ovario de la Flor; pero la mayoría se queda a mitad del camino; y solo uno o en ocasiones dos llegan a la meta de la fecundación. De esta manera, n cromosomas del polen, más n cromosomas del óvulo (números haploides), resulta en 2n (numero diploide), y ahí irán todos los genes que determinan las características fenotípicas y genotípicas; es decir su ADN.

Y aquí debo hacer otra observación: cuando en todo este proceso la temperatura ha sido favorable (mínimas arriba de 0°); con curiosidad veremos los Estilos de la flor, bien turgentes; pero cuando se ha registrado alguna helada (tolera -2°C por 30 minutos), veremos los Estilos flácidos, doblados. Esa flor ya fracasó. En algunos años ha ocurrido esto en las huertas; es decir, una abundante floración, pero poco o nada de amarre de fruta (en este año 2018 se ha tenido excelente floración, todos esperamos que ya haya pasado el peligro de una helada en los primeros días de abril)

Pues bien, seguimos adelante – espero no aburrirlos -, ya mencioné que en el Ovario unicarpelar del Durazno hay 2 óvulos, pero generalmente solo se fecunda uno (muy raramente se llega a encontrar un hueso con dos semillas). Y en el Ovario, que está en la base de la flor, ya fecundado, comienza el crecimiento de su “criatura” (su bebé), o sea, el fruto. Y así se va formando el Pericarpio o piel exterior; el Endocarpio o pulpa que es la parte comestible; y el Endocarpio o hueso duro que aloja la semilla donde está toda la fuerza reproductiva.

Ahora bien; si la semilla viene de la autopolinización de la flor, entonces al ponerla a germinar reproducirá igualmente las características fenotípicas y genotípicas del árbol de donde vino (prácticamente su padre); pero si la semilla viene de una polinización cruzada, entonces ocurrió la combinación genética. Al ponerla a germinar, y llegar a convertirse en un árbol, tendrá características distintas. Los genes de ambos progenitores, algunos dominantes y otros recesivos las determinarán.

Hasta la próxima semana.

ÚLTIMASCOLUMNAS
jueves 12 de diciembre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 28 de noviembre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

lunes 25 de noviembre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 07 de noviembre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 24 de octubre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 03 de octubre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 19 de septiembre de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 15 de agosto de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 01 de agosto de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

jueves 18 de julio de 2019

Vivencias de un agrónomo

Jorge Alberto Enríquez Luna

Cargar Más