Este año 2019, desde el punto de vista agropecuario, y según mi opinión, ha tenido particularidades y características muy distintas a otros años más no recientes. Verán ustedes. En cuanto a los elementos climáticos, y por lo que toca a las precipitaciones pluviales (lluvias); desde los últimos meses del 2018, no se registraron; y así siguió, sin lluvia en los primeros 6 meses del 2019 (enero a junio) ¡realmente mucho tiempo sin llover!
En julio comenzó a llover en algunas regiones de Zacatecas (Cañón de Juchipila y Cañón de Tlaltenango) así como lluvias esporádicas de poca cuantía en otras regiones. Pero, en el Altiplano, donde se realiza la mayor cantidad de agricultura de temporal, con cultivos como Frijol, Maíz, Avena, Cebada, Trigo; seguimos secos.
Esta condición, indudablemente trajo consecuencias; Importantes superficies se quedaron sin sembrar en las fechas oportunas, al no humedecerse las tierras lo suficiente para terminar la preparación de las mismas, en unos casos; y en otros, porque las semillas sencillamente no podrían germinar estando seco el suelo. ¡ los agricultores temporaleros se quedaron sin sembrar!
En algunas áreas (micro regiones) de la entidad, donde se registró algo de lluvia, el agricultor, con mucha fe y esperanza, sembró (la humedad no era suficiente, y lo sabía). Las platitas, algo “ralas” nacieron, y esperó a que volviera la lluvia; pero no fue así. Las plantas no desarrollaron, y no completaron su ciclo con expectativas de producción. Un campesino me dijo ¡ni modo, perdí el trabajo y la semilla, pero el próximo año, con la ayuda de Dios me repongo!
El año 2019 siguió avanzando. Seco en Agosto y principio de Septiembre (no hubo lluvia durante la FENAZA). Pero a finales del mismo mes. Durante Octubre y buena parte de Noviembre ¡se vino la lluvia! Realmente atípica y fuera de lo normal para estas fechas. Veamos algunos efectos positivos.
Resulta que los agricultores, que con mucha Fe (es característica del hombre auténtico del campo) sembraron (maíz, frijol) ya muy tarde, gracias a las lluvias tardías (antes anotadas), y a que no se han registrado heladas para estas fechas, van a lograr algo; aunque, como dicen ¡forraje para sus animales y frijol para el autoconsumo! (ya está muy caro en el comercio).
Otro efecto positivo, es que gracias a un programa de apoyo de entrega de semilla de avena para los campesinos afectados por la sequía. Los que sembraron esa semilla, tienen buen resultado en crecimiento y desarrollo de esa planta. En estos días está espigando, y lista para cortarse para forraje; o bien, para trillarse; aunque se corre el riesgo de una helada que dañaría el grano aún tierno.
Pero también hay efectos negativos por las lluvias de los últimos días, ya que el frijol cortado “aborregado”, ya maduro y listo para la trilla, se mojó; y ahora tarda para secarse. Pero baja su calidad, incluso puede comenzar a renacer . . . y por tanto baja el precio de venta.
En la próxima quincena les voy a seguir platicando sobre estos temas.
