/ jueves 6 de diciembre de 2018

Vivencias de un agrónomo

Muy buenos días, buenas tardes o buenas noches, según haya caído en sus manos, o mejor dicho en sus ojos mis vivencias. Como verán, ahora aparezco cada 2 semanas en su periódico El Sol de Zacatecas, pero siempre con el mismo gusto y entusiasmo.

Continuo mis vivencias sobre mis viajes a la República de Chile; y como les decía en mis colaboraciones anteriores, a raíz del gobierno socialista de Salvador Allende, iniciando el 4 de Noviembre de 1970, la situación en Chile se fue tornando muy crítica: falta de empleos, alta inflación, expropiación de fincas agropecuarias, que trajo como consecuencia grave disminución en la producción de alimentos; y por consecuencia la importación de los mismos.

Fincas – así les llaman allá – que habían sido altamente productivas fueron expropiadas y repartidas a personas de muy distintos oficios, conocimientos e intereses, en muy pequeñas fracciones de terrenos

Todo esto y más llevo al país a una dura crisis económica y social que desembocó en una fuerte convulsión social. El país no estuvo preparado para entrar de pronto a un régimen socialista, que terminó con el Golpe de Estado llevado a cabo por la junta Militar encabezada por el Gral. Augusto Pinochet (Pinocho), el 11 de Septiembre de 1973.

Quiero mencionar que lo escrito hasta aquí es producto de conversaciones que tuve con distintas personas chilenas comunes quienes me dijeron: El “Pinocho” fue un mal necesario para Chile, pues estuvimos viviendo en un desorden completo. Me dijeron: Don Salvador Allende fue un hombre bueno, pero el país no estaba preparado para vivir en un sistema como el que pensaba.

Y así termino esta historia de poco menos de 3 años, con las consecuencias que todos hemos conocido, de lo que significa un régimen militar con carácter dictatorial, que en Chile duró 17 años (1973 – 1990), con Pinochet a la cabeza.

Dejo esta parte de mis vivencias, para ahora platicarles de la extraordinaria industria frutícola que observé en mis dos viajes a Chile, ya desaparecido el régimen militar, y con gobiernos democráticamente elegidos.

En mi primer viaje en 2007, nos movimos principalmente por las regiones IV (Coquimbo), V (Valparaíso), Región Metropolitana (Santiago), región VI (Libertador B. O`Higgins). En estas regiones se encuentran principalmente las plantaciones de frutales Drupáceas, como es Durazno, Nectarino, Chabacano, Ciruelo Japonés, Ciruelo Pasa; así como Vid, Olivo, Higuera y Aguacate (en este primer viaje no vi plantaciones de Kiwi). Muy especialmente vimos magníficas huertas de Durazno, ya que era el interés mayor de los fruticulturas Zacatecanos y de otros estados que se integraron a nuestro grupo.

Muchas de las “fincas” que fueron expropiadas durante el gobierno socialista de Salvador Allende, volvieron a sus anteriores propietarios, mediante arreglos económicos con quienes habían recibido un “pedazo” de ellas. De tal manera que ahora, con mayor tecnología y organización recuperaron su capacidad productiva. Solo algunas cooperativas se mantuvieron, aunque luego pasaron a ser sociedades anónimas.

Tal es el caso de la finca Viconta, que produce muchas especies frutales, así como Vinos de mesa (Vinos Concha y Toro), que van a los mercados de los 5 continentes. En esta empresa, que fue expropiada, todo quedó abandonado y destrozado. Realmente no pudimos trabajar. Los dirigentes que teníamos nos llenaban de idas socialistas, pero nada de trabajo, porque sencillamente no lo sabían – eso me lo platicaron algunos trabajadores de campo -.

La empresa Viconta recuperó los terrenos, y hoy es un modelo de producción y de empleo para muchos trabajadores, tanto en campo, como en los empaques, agroindustrias, etc.

Así visitamos muchas huertas y viveros de alta tecnología para producir los arboles adecuados genéticamente y sanitariamente para establecer las plantaciones.

Chile tiene la ventaja que está en el hemisferio sur, de manera que la producción de sus frutas de alta calidad va a los ricos mercados del hemisferio norte, cuando están en pleno invierno.

La próxima semana les sigo platicando.


Muy buenos días, buenas tardes o buenas noches, según haya caído en sus manos, o mejor dicho en sus ojos mis vivencias. Como verán, ahora aparezco cada 2 semanas en su periódico El Sol de Zacatecas, pero siempre con el mismo gusto y entusiasmo.

Continuo mis vivencias sobre mis viajes a la República de Chile; y como les decía en mis colaboraciones anteriores, a raíz del gobierno socialista de Salvador Allende, iniciando el 4 de Noviembre de 1970, la situación en Chile se fue tornando muy crítica: falta de empleos, alta inflación, expropiación de fincas agropecuarias, que trajo como consecuencia grave disminución en la producción de alimentos; y por consecuencia la importación de los mismos.

Fincas – así les llaman allá – que habían sido altamente productivas fueron expropiadas y repartidas a personas de muy distintos oficios, conocimientos e intereses, en muy pequeñas fracciones de terrenos

Todo esto y más llevo al país a una dura crisis económica y social que desembocó en una fuerte convulsión social. El país no estuvo preparado para entrar de pronto a un régimen socialista, que terminó con el Golpe de Estado llevado a cabo por la junta Militar encabezada por el Gral. Augusto Pinochet (Pinocho), el 11 de Septiembre de 1973.

Quiero mencionar que lo escrito hasta aquí es producto de conversaciones que tuve con distintas personas chilenas comunes quienes me dijeron: El “Pinocho” fue un mal necesario para Chile, pues estuvimos viviendo en un desorden completo. Me dijeron: Don Salvador Allende fue un hombre bueno, pero el país no estaba preparado para vivir en un sistema como el que pensaba.

Y así termino esta historia de poco menos de 3 años, con las consecuencias que todos hemos conocido, de lo que significa un régimen militar con carácter dictatorial, que en Chile duró 17 años (1973 – 1990), con Pinochet a la cabeza.

Dejo esta parte de mis vivencias, para ahora platicarles de la extraordinaria industria frutícola que observé en mis dos viajes a Chile, ya desaparecido el régimen militar, y con gobiernos democráticamente elegidos.

En mi primer viaje en 2007, nos movimos principalmente por las regiones IV (Coquimbo), V (Valparaíso), Región Metropolitana (Santiago), región VI (Libertador B. O`Higgins). En estas regiones se encuentran principalmente las plantaciones de frutales Drupáceas, como es Durazno, Nectarino, Chabacano, Ciruelo Japonés, Ciruelo Pasa; así como Vid, Olivo, Higuera y Aguacate (en este primer viaje no vi plantaciones de Kiwi). Muy especialmente vimos magníficas huertas de Durazno, ya que era el interés mayor de los fruticulturas Zacatecanos y de otros estados que se integraron a nuestro grupo.

Muchas de las “fincas” que fueron expropiadas durante el gobierno socialista de Salvador Allende, volvieron a sus anteriores propietarios, mediante arreglos económicos con quienes habían recibido un “pedazo” de ellas. De tal manera que ahora, con mayor tecnología y organización recuperaron su capacidad productiva. Solo algunas cooperativas se mantuvieron, aunque luego pasaron a ser sociedades anónimas.

Tal es el caso de la finca Viconta, que produce muchas especies frutales, así como Vinos de mesa (Vinos Concha y Toro), que van a los mercados de los 5 continentes. En esta empresa, que fue expropiada, todo quedó abandonado y destrozado. Realmente no pudimos trabajar. Los dirigentes que teníamos nos llenaban de idas socialistas, pero nada de trabajo, porque sencillamente no lo sabían – eso me lo platicaron algunos trabajadores de campo -.

La empresa Viconta recuperó los terrenos, y hoy es un modelo de producción y de empleo para muchos trabajadores, tanto en campo, como en los empaques, agroindustrias, etc.

Así visitamos muchas huertas y viveros de alta tecnología para producir los arboles adecuados genéticamente y sanitariamente para establecer las plantaciones.

Chile tiene la ventaja que está en el hemisferio sur, de manera que la producción de sus frutas de alta calidad va a los ricos mercados del hemisferio norte, cuando están en pleno invierno.

La próxima semana les sigo platicando.


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