/ miércoles 14 de abril de 2021

Asamblea Sinodal Diocesana

¡Siempre se ha hecho así! Esta frase, sencilla y tajante, levanta un muro casi impenetrable que por desgracia algunas veces aparece en la Iglesia. Desde su primera exhortación apostólica, «La alegría del Evangelio», el Papa Francisco criticaba esto. La Iglesia de Zacatecas, bajo la guía de nuestro Obispo Don Sigifredo Noriega en el contexto del III Sínodo Diocesano, quiere evitar este muro para responder mejor a los desafíos.

Del 21 al 25 de abril se llevará a cabo la Asamblea Sinodal Diocesana, un punto de llegada y de partida importante del III Sínodo convocado desde el año 2014. Muchos miembros de la Iglesia han participado en este proceso pastoral representando a todos: sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas. También hemos escuchado personas poco practicantes o alejadas de la Iglesia, que nos han ayudado a comprender otros puntos de vista.

La Iglesia no puede cumplir su misión ajena a las alegrías y tristezas del mundo. Necesitamos escuchar lo que sucede alrededor nuestro y escucharnos entre nosotros. Es fácil prestar atención al que piensa como yo, pero no tanto al que tiene otra visión, ideas o creencias.

Para la Asamblea Sinodal se ha preparado un «Instrumento de trabajo» que recoge las aportaciones obtenidas durante el período de consulta llevado a cabo el año pasado. Es un documento que nos ayuda a comprender la realidad, según lo expresado por todos los que participaron en dicha consulta y nos lanza al futuro para hacer frente a la misión.

Este Instrumento es el «inicio de la conversación» de la Asamblea para discernir juntos los caminos que el Espíritu Santo nos quiere indicar. ¡Mucho hablamos del Espíritu Santo! Y quizá no siempre, o no todos, nos ponemos en disposición de escucharlo y seguirlo, pero Él siempre tiene sus caminos y modos, a pesar de que seamos instrumentos insuficientes.

La Asamblea Sinodal nos llena de esperanza porque será un momento clave en la vida de la Iglesia de Zacatecas. Cambiar no es fácil. Buscar nuevos modos de ser Iglesia, sin perder la esencia y en fidelidad al Magisterio, tampoco es fácil, pero es necesario y posible. Es más fácil construir nuevos edificios o remodelar oficinas que cambiar los corazones, pero es ahí donde se da la verdadera conversión.

La Iglesia tiene un mensaje de esperanza que quiere compartir, el cual acompañado de sencillez, amor y servicio a los demás es mucho más creíble. Responder mejor a los desafíos no significa cambiar la fe y los valores en los que cree la Iglesia, pero sí buscar nuevas maneras de mostrar la belleza del Evangelio de Jesús. Oremos por la Asamblea Sinodal y sus frutos espirituales en nuestra Iglesia Diocesana. ¡Gracias!

¡Siempre se ha hecho así! Esta frase, sencilla y tajante, levanta un muro casi impenetrable que por desgracia algunas veces aparece en la Iglesia. Desde su primera exhortación apostólica, «La alegría del Evangelio», el Papa Francisco criticaba esto. La Iglesia de Zacatecas, bajo la guía de nuestro Obispo Don Sigifredo Noriega en el contexto del III Sínodo Diocesano, quiere evitar este muro para responder mejor a los desafíos.

Del 21 al 25 de abril se llevará a cabo la Asamblea Sinodal Diocesana, un punto de llegada y de partida importante del III Sínodo convocado desde el año 2014. Muchos miembros de la Iglesia han participado en este proceso pastoral representando a todos: sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas. También hemos escuchado personas poco practicantes o alejadas de la Iglesia, que nos han ayudado a comprender otros puntos de vista.

La Iglesia no puede cumplir su misión ajena a las alegrías y tristezas del mundo. Necesitamos escuchar lo que sucede alrededor nuestro y escucharnos entre nosotros. Es fácil prestar atención al que piensa como yo, pero no tanto al que tiene otra visión, ideas o creencias.

Para la Asamblea Sinodal se ha preparado un «Instrumento de trabajo» que recoge las aportaciones obtenidas durante el período de consulta llevado a cabo el año pasado. Es un documento que nos ayuda a comprender la realidad, según lo expresado por todos los que participaron en dicha consulta y nos lanza al futuro para hacer frente a la misión.

Este Instrumento es el «inicio de la conversación» de la Asamblea para discernir juntos los caminos que el Espíritu Santo nos quiere indicar. ¡Mucho hablamos del Espíritu Santo! Y quizá no siempre, o no todos, nos ponemos en disposición de escucharlo y seguirlo, pero Él siempre tiene sus caminos y modos, a pesar de que seamos instrumentos insuficientes.

La Asamblea Sinodal nos llena de esperanza porque será un momento clave en la vida de la Iglesia de Zacatecas. Cambiar no es fácil. Buscar nuevos modos de ser Iglesia, sin perder la esencia y en fidelidad al Magisterio, tampoco es fácil, pero es necesario y posible. Es más fácil construir nuevos edificios o remodelar oficinas que cambiar los corazones, pero es ahí donde se da la verdadera conversión.

La Iglesia tiene un mensaje de esperanza que quiere compartir, el cual acompañado de sencillez, amor y servicio a los demás es mucho más creíble. Responder mejor a los desafíos no significa cambiar la fe y los valores en los que cree la Iglesia, pero sí buscar nuevas maneras de mostrar la belleza del Evangelio de Jesús. Oremos por la Asamblea Sinodal y sus frutos espirituales en nuestra Iglesia Diocesana. ¡Gracias!