En el mes de diciembre o al inicio de año, algunas personas hacen un balance de cómo se ha desarrollado su vida en el periodo que está terminando y al mismo tiempo por empezar, se realiza con una reflexión profunda o ligera hacia nuestro interior, favorecida por alguna religión, el ambiente festivo lleno de colores, aromas y sabores diversos que propician observar como realmente nos sentimos mejor por haber alcanzado metas o al haber superado pequeños problemas o dificultades cotidianas.
Viene una temporada también de meditación acerca de los logros, vicisitudes diversas, pequeños y/o grandes fracasos, pérdidas de gente querida o económicas, así se van propiciando realizar cambios en esta nueva etapa que estamos por iniciar, con la intención de encontrar la forma para vivir feliz y tranquilamente.
Se puede fomentar o crear una paz interior, disfrutando cada momento, aun cuando siempre existirán motivos de preocupación, porque existen situaciones que no podemos controlar.
Procuremos encontrar en el día un momento de calma y conciliación, sin permitirnos que las obligaciones nos agobien, aprendiendo a decir “no” cuando sea necesario. Evitar riñas comprendiendo a la gente que nos rodea. Sentir más confianza hacia uno mismo, eliminando la tensión acumulada, para suspender el riesgo de un ataque cardiaco. Al sentir estrés por lo general la comida que seleccionamos no siempre es la más sana, aumentando el azúcar en la sangre.
Adicionalmente la paz se pierde si estamos tan ocupados y no estar quietos unos minutos, produciendo agitación, también al liberar adrenalina causada por una crisis, cuando enfrentamos situaciones de estrés o peligros, aunque ayuda a mejorar gran parte del funcionamiento del cerebro, porque se logran actividades y actitudes que no se harían normalmente, generadas por miedo, estando bajo presión, nerviosos o con poco tiempo para algo ya programado, propiciando la concentración ya que aumenta la capacidad a desarrollar tareas de forma más rápida y eficiente.
Es recomendable realizar un ejercicio repetitivo; caminar, trotar, andar en bicicleta, así como practicar yoga o meditación en un lugar adecuado y cómodo, ayudando a producir serotonina y oxitocina en el cerebro, sustancias que mejoran el estado de ánimo.
La posibilidad para mejorar nuestra forma de vida sería estableciendo un programa que al priorizar los compromisos laborales, familiares o sociales evite tensiones y estrés. Sentirnos afortunados por lo que somos y tenemos, también contar con un respaldo económico. Vacacionar con diversiones seguras y programadas. Tratar de obtener un enriquecimiento cultural, porque propicia la imaginación. Fomentar el descanso, procurando una alimentación balanceada. Practicar alguna religión que aporte una sensación de tranquilidad con libertad para encontrar un plan de vida mejor. Probablemente al redefinir los proyectos personales e intentando conocerse mejor, se logre el bienestar y felicidad deseada, organizar el tiempo, sabiendo cómo se debe utilizar y administrar, podría ser la clave para sentir paz interior.