/ jueves 10 de septiembre de 2020

La puerta de Jano | 474 Aniversario

El día de ayer fui convocada por el H. Ayuntamiento de Zacatecas, encabezado por el honorable ciudadano Ulises Mejía Haro, Alcalde Municipal de Zacatecas. Fue un conversatorio para festejar el aniversario de Zacatecas organizado por el Dr. Arq. Juan Manuel Lugo Botello, de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente municipal y al cual acudieron personajes como el Mtro. David Eduardo Rivera Salinas, la Diputada Federal Magdalena Núñez Monreal y el Arquitecto Carlos Augusto Torres Pérez, Director del INAH Zacatecas.

Con el permiso de ustedes les dejo mi participación para esta especial ocasión:

El patrimonio es aquel que nos legan nuestros ancestros y que tomamos en nuestras manos para hacerlo propio. Cuando nos sentimos en casa o estando fuera de ella extrañamos el terruño…. a eso se le llama identidad. El patrimonio tiene tantas acepciones como características y significados puede asignarle el hombre. Implica desde un aroma a tortilla recién salida del comal hasta una majestuosa tela trazada con las manos de una paciente tejedora. El andar serenos o presurosos por una estrecha calle y recorrer de memoria los balcones y portones solitarios de una conocida ruta, el escuchar el cantar cristalino de una fuente, reconocer un portentoso edificio distinguiéndolo de otro, cubrirse con un atuendo especial en una fiesta brava, repasar las frases de un aprendido verso popular o danzar al son de la música que corre sin tropiezos por el ADN de nuestras venas, eso es ser portador de una identidad que nos diferencia “del otro”.

Zacatecas es un legado histórico que se significa con ciertos monumentos que documentan su historia. Se caracteriza por su traza irregular asentada en una cañada que en sus orígenes sirvió para beneficiar la plata….plata y cantera se erigieron como la marca genuina del sacrificio y la gallardía...una veta fue el umbral de su poblamiento, un encuentro de colonialidad y poder determinó su presencia frente al viejo continente y hasta allá se escucharon los tambores triunfantes de la conquista, las llamadas a misa, las danzas milenarias y mestizas al ritmo del chalchihuite. La evangelización transformadora determinó una cultura novohispana y su espíritu aguerrido le llevó a ser cuna de un liberalismo triunfante del norte del México independiente.

Hoy, a 474 años de su fundación nos encontramos en un acto de reflexión e introspección. Contemplamos pasmados el consecutivo pasar de las estaciones, las fiestas patronales, las llegadas y retiros de tropas, partidas de nacimientos y defunciones de habitantes, miramos el florecer de los cerros y nos dolemos de las épocas de sequía. Hemos sido testigos de la aparición de personajes aventureros, buscadores, gandules o trúhanes, excelencias, alféreces reales, intendentes, coroneles, comandantes, sacerdotes de distintas órdenes, pintores de cepa, arquitectos, cantereros, tablajeros, zapateros, sastres, forrajeros, doradores, escultores, forjadores de hierro macizo y delicados orfebres de la plata.

El patrimonio tangible e intangible de Zacatecas no cabe en un libro, no cabe en su cartografía, es tan amplio y tan vasto que solo siglos de historia pueden clasificarlo, apreciarlo, amarlo y ponderarlo.

¡Muchas felicidades Zacatecas!

El día de ayer fui convocada por el H. Ayuntamiento de Zacatecas, encabezado por el honorable ciudadano Ulises Mejía Haro, Alcalde Municipal de Zacatecas. Fue un conversatorio para festejar el aniversario de Zacatecas organizado por el Dr. Arq. Juan Manuel Lugo Botello, de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente municipal y al cual acudieron personajes como el Mtro. David Eduardo Rivera Salinas, la Diputada Federal Magdalena Núñez Monreal y el Arquitecto Carlos Augusto Torres Pérez, Director del INAH Zacatecas.

Con el permiso de ustedes les dejo mi participación para esta especial ocasión:

El patrimonio es aquel que nos legan nuestros ancestros y que tomamos en nuestras manos para hacerlo propio. Cuando nos sentimos en casa o estando fuera de ella extrañamos el terruño…. a eso se le llama identidad. El patrimonio tiene tantas acepciones como características y significados puede asignarle el hombre. Implica desde un aroma a tortilla recién salida del comal hasta una majestuosa tela trazada con las manos de una paciente tejedora. El andar serenos o presurosos por una estrecha calle y recorrer de memoria los balcones y portones solitarios de una conocida ruta, el escuchar el cantar cristalino de una fuente, reconocer un portentoso edificio distinguiéndolo de otro, cubrirse con un atuendo especial en una fiesta brava, repasar las frases de un aprendido verso popular o danzar al son de la música que corre sin tropiezos por el ADN de nuestras venas, eso es ser portador de una identidad que nos diferencia “del otro”.

Zacatecas es un legado histórico que se significa con ciertos monumentos que documentan su historia. Se caracteriza por su traza irregular asentada en una cañada que en sus orígenes sirvió para beneficiar la plata….plata y cantera se erigieron como la marca genuina del sacrificio y la gallardía...una veta fue el umbral de su poblamiento, un encuentro de colonialidad y poder determinó su presencia frente al viejo continente y hasta allá se escucharon los tambores triunfantes de la conquista, las llamadas a misa, las danzas milenarias y mestizas al ritmo del chalchihuite. La evangelización transformadora determinó una cultura novohispana y su espíritu aguerrido le llevó a ser cuna de un liberalismo triunfante del norte del México independiente.

Hoy, a 474 años de su fundación nos encontramos en un acto de reflexión e introspección. Contemplamos pasmados el consecutivo pasar de las estaciones, las fiestas patronales, las llegadas y retiros de tropas, partidas de nacimientos y defunciones de habitantes, miramos el florecer de los cerros y nos dolemos de las épocas de sequía. Hemos sido testigos de la aparición de personajes aventureros, buscadores, gandules o trúhanes, excelencias, alféreces reales, intendentes, coroneles, comandantes, sacerdotes de distintas órdenes, pintores de cepa, arquitectos, cantereros, tablajeros, zapateros, sastres, forrajeros, doradores, escultores, forjadores de hierro macizo y delicados orfebres de la plata.

El patrimonio tangible e intangible de Zacatecas no cabe en un libro, no cabe en su cartografía, es tan amplio y tan vasto que solo siglos de historia pueden clasificarlo, apreciarlo, amarlo y ponderarlo.

¡Muchas felicidades Zacatecas!