/ lunes 24 de junio de 2019

Los que ganan dándolo todo

Darse por vencido es peor que nunca comenzar. El que se da por vencido sin darlo todo es igual a estar muerto por su gusto, pensando que volverá a resucitar.

Las segundas oportunidades se dan cuando se entrega, vaciando de ti la última gota que el cansado de tu cuerpo emane sin darse por vencido aventando la toalla para no seguir peleando.

Tu cuerpo podrá quedar destrozado, pero, si aún tienes vida, tendrás el tiempo necesario para descansar, preparar nuevamente y encontrar el camino que tú sabes que te llevará a la gloria, ya que tu mente ganadora aún sigue viva y es ésta la que te impulsa desde adentro a seguir y no rendirse nunca.

Una fuerte batalla se compara con vivir o morir, ganar el cielo o el infierno… ganar o perder es todo y está dentro de ti hay donde se encuentra tu perseverancia, tu valentía, tu orgullo, tu vergüenza…hay donde está toda tu vida.

Si existiera en mí, más vida, podría entrar en la línea de descanso y del confort, pero, sé que solo tengo una y no la voy a desperdiciar, porque no entré a ella para vivirla con miedo, esperando morir con miedo.

Estoy aquí porque puedo, porque tengo el valor de demostrarme a mí mismo de que vivo para ser un ganador de mí mismo, sin demostrarle a nadie más de que estoy hecho. Solo mis victorias y lo alto que llegue al terminar mi vida serán los hechos que hablen por mí. Voy a lograrlo por mí mismo, voy a lograrlo por quienes amo, no seré la vergüenza ni la pena para los que esperan de mí. Seré yo un ganador hasta el último día de mi vida, pasándola por caídas y tropiezos, pero siempre mí sudor y mi sangre no saciarán por ser mejor en cada competencia de mí existir, respirando fuerte para para seguir avanzando con la mente en alto y mi carácter por delante.

Mi esfuerzo no sólo será físico, si no mental, porque dentro de mí encontraré una paz interna descansando en la humildad y la tranquilidad, buscando ser mejor todos los días, no sólo para mí, sino para el mundo en que viva. Superaré el dolor de mi cuerpo, no destruyéndolo, haciéndolo mi amigo y lo invitaré a que siga junto a mí, demostrándole que lo llevo porque no le tengo miedo por fuerte que sea.

Sacaré la bestia que existe en mí, y juntos eliminaremos todos los miedos que la vida nos ponga enfrente.

Hoy pondré el talento que existe en mí. Será mi mejor arma, pues DIOS me lo dio para ser mejor. Hoy de mi talento saldrá mi mejor victoria, y de él saldrá el mejor día de mi vida.

Mi talento…mi mente…mi cuerpo, serán mis mejores aliados, que no conocerán el frio, el sol, la mentira, el ego, la oscuridad ni la soledad.

No lucharé como un animal salvaje, seré un ser pensante que luche bajo principios y verdades; el animal lucha para sobrevivir, y mi lucha será para vivir; el animal mata para comer, y yo caminaré mi vida sin matar y sin extorsionar.

Estaré dispuesto a dar lo que soy, a terminar por lo que empecé y llegar hasta donde un día mi mente me puso para llegar.

No llevaré mi vida siguiendo la meta de otros, tengo mi propia vida y mis propias metas, las cuales al partir de este mundo las dejaré para quien quiera seguir mi lucha y así ésta no muera nunca.

Todos los hombres en el mundo nacimos con honor…

Y con honor debemos terminar.

Darse por vencido es peor que nunca comenzar. El que se da por vencido sin darlo todo es igual a estar muerto por su gusto, pensando que volverá a resucitar.

Las segundas oportunidades se dan cuando se entrega, vaciando de ti la última gota que el cansado de tu cuerpo emane sin darse por vencido aventando la toalla para no seguir peleando.

Tu cuerpo podrá quedar destrozado, pero, si aún tienes vida, tendrás el tiempo necesario para descansar, preparar nuevamente y encontrar el camino que tú sabes que te llevará a la gloria, ya que tu mente ganadora aún sigue viva y es ésta la que te impulsa desde adentro a seguir y no rendirse nunca.

Una fuerte batalla se compara con vivir o morir, ganar el cielo o el infierno… ganar o perder es todo y está dentro de ti hay donde se encuentra tu perseverancia, tu valentía, tu orgullo, tu vergüenza…hay donde está toda tu vida.

Si existiera en mí, más vida, podría entrar en la línea de descanso y del confort, pero, sé que solo tengo una y no la voy a desperdiciar, porque no entré a ella para vivirla con miedo, esperando morir con miedo.

Estoy aquí porque puedo, porque tengo el valor de demostrarme a mí mismo de que vivo para ser un ganador de mí mismo, sin demostrarle a nadie más de que estoy hecho. Solo mis victorias y lo alto que llegue al terminar mi vida serán los hechos que hablen por mí. Voy a lograrlo por mí mismo, voy a lograrlo por quienes amo, no seré la vergüenza ni la pena para los que esperan de mí. Seré yo un ganador hasta el último día de mi vida, pasándola por caídas y tropiezos, pero siempre mí sudor y mi sangre no saciarán por ser mejor en cada competencia de mí existir, respirando fuerte para para seguir avanzando con la mente en alto y mi carácter por delante.

Mi esfuerzo no sólo será físico, si no mental, porque dentro de mí encontraré una paz interna descansando en la humildad y la tranquilidad, buscando ser mejor todos los días, no sólo para mí, sino para el mundo en que viva. Superaré el dolor de mi cuerpo, no destruyéndolo, haciéndolo mi amigo y lo invitaré a que siga junto a mí, demostrándole que lo llevo porque no le tengo miedo por fuerte que sea.

Sacaré la bestia que existe en mí, y juntos eliminaremos todos los miedos que la vida nos ponga enfrente.

Hoy pondré el talento que existe en mí. Será mi mejor arma, pues DIOS me lo dio para ser mejor. Hoy de mi talento saldrá mi mejor victoria, y de él saldrá el mejor día de mi vida.

Mi talento…mi mente…mi cuerpo, serán mis mejores aliados, que no conocerán el frio, el sol, la mentira, el ego, la oscuridad ni la soledad.

No lucharé como un animal salvaje, seré un ser pensante que luche bajo principios y verdades; el animal lucha para sobrevivir, y mi lucha será para vivir; el animal mata para comer, y yo caminaré mi vida sin matar y sin extorsionar.

Estaré dispuesto a dar lo que soy, a terminar por lo que empecé y llegar hasta donde un día mi mente me puso para llegar.

No llevaré mi vida siguiendo la meta de otros, tengo mi propia vida y mis propias metas, las cuales al partir de este mundo las dejaré para quien quiera seguir mi lucha y así ésta no muera nunca.

Todos los hombres en el mundo nacimos con honor…

Y con honor debemos terminar.